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El sector petroquímico vive esta baja en su elaboración de bienes desde 2015 donde la caída de la extracción de gas natural de Pemex ha impactado a toda esta cadena, porque se privilegia la reinyección de ese gas para las tareas de producción de petróleo, antes que para crear estos productos.
“Básicamente no hay un plan definido por parte del gobierno para levantar la producción de etano, ya que todo tendría que venir de secado del gas nacional donde la producción está en picada”, explica Adrián Calcaneo, analista de la consultora IHS Markit.
Las importaciones de etano pudieran mejorar esta perspectiva pero Pemex no cuenta con la infraestructura en sus puertos para traer las cantidades necesarias para abastecer tanto sus necesidades como las del complejo de Etileno XXI, una planta del consorcio Braskem-Idesa que tiene un contrato con la petrolera estatal para adquirir este gas.
“Con las importaciones de etano limitadas por infraestructura (no hay terminal de importación de etano), se le está dejando toda la iniciativa a los privados (Braskem-Idesa), a eventualmente traer ese gas por medio de la construcción de una terminal privada”, dice Calcaneo.
El propileno y sus derivados también han mostrado menores niveles que en años pasados, debido a que dependen de los procesos de refinación de Pemex, y las plantas de la compañía han mostrado bajos niveles de uso durante 2019, agrega el especialista.
Los complejos de Cosoleacaque, Cangrejera y Morelos, donde se producen gran parte tanto del amoniaco como del etileno, tienen plantas sin funcionar durante hace años y sin planes concretos para su puesta en marcha o desmantelamiento, según informes de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), presentados el año pasado.