La baja en la extracción de gas natural por parte de Pemex ha afectado tanto su contrato con Braskem-Idesa como con las propias plantas de Pemex Transformación Industrial que usan el etano para sus procesos, advierte el órgano auditor.
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“Ya que ha incidido negativamente en el desempeño operativo de los Complejos Procesadores de Gas (CPG), debido a que sus niveles de producción han disminuido, en consecuencia, subutiliza la capacidad disponible en las plantas de los CPG e incumple con el suministro de etano al cliente del Complejo Etileno XXI”, dice la ASF en un reporte dentro de la segunda entrega de la cuenta pública de 2018.
El proyecto de Etileno XXI nació de una licitación internacional que lanzó Pemex aún durante la administración de Felipe Calderón, donde la petrolera ofreció suministrar a la empresa ganadora con el gas etano necesario para producir productos derivados del etileno, que se usa para la posterior fabricación de plásticos.
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El consorcio mexicano y brasileño ganó la licitación para construir el complejo de Etileno XXI, con una inversión cercana a los 5,200 mdd, y que vio la luz en 2016. La idea original se cimentaba en que Pemex tenía un exceso de producción de gas etano y debía quemarlo, al no tener un destino dentro de sus propias plantas. Pero la caída en la producción de hidrocarburos, que inició en 2004, se comenzó a acentuar durante esta década, hasta llegar el punto en que Pemex no puede cumplir siquiera con el suministro para sus propias plantas.