La estrategia de seguridad del gobierno federal quedará a prueba y la paciencia del primer año de exploración puede agotarse pronto ante la falta de resultados. Regiones completas del país no logran salir de la espiral de violencia y su competitividad se rezagará, mientras otras partes del territorio empiezan a despuntar, gracias a los programas sociales y a los proyectos de infraestructura.
Y luego está Pemex, un dolor de cabeza para las firmas de calificación, que lo mismo encuentra nuevos yacimientos que emite pérdidas en diferentes rubros. Sabemos que somos una economía petrolizada, dependiente del hidrocarburo, pero es necesario empezar a desarrollar otras fuentes de energía.
Esos vaivenes son los que generan confusión y tienden a dividir a partes de la población que no ven un rumbo estable o, por lo menos, reciben la información de sexenios anteriores, donde se daba, en la imagen, una percepción de mayor estabilidad.
Esperemos que el inicio del 2020 sea más promisorio y tenga mejores indicadores de desempeño, sobre todo en un ambiente internacional complejo e incierto.
Nota del editor: Líder de la sociedad civil y empresario. Durante ocho años encabezó el Consejo Ciudadano de la Ciudad de México, y presidió la Red Nacional de Consejos Ciudadanos A.C. Es miembro numerario de la Legión de Honor Nacional de México. Cuenta con cuatro doctorados Honoris Causa por su trayectoria como líder de la sociedad civil en México. Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
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