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Tu auto quizá es ‘made in China’ y no lo sabes

Así como en las tiendas de Mac ya se venden computadoras y teléfonos diseñados en California, pero hechos en China, cada vez hay más autos diseñados en Detroit pero de manufactura asiática.
jue 11 marzo 2021 01:06 PM
Planta autos china
Las compañías automotrices de China están acumulando capacidad ociosa en sus plantas y están siguiendo el camino exportador establecido por otras multinacionales globales chinas, como las textileras y los fabricantes de computadoras y teléfonos.

China se ha convertido en el mayor fabricante de vehículos a nivel global. En 2020, se produjeron alrededor de 74 millones de vehículos en todo el mundo y una tercera parte de eso -unos 25 millones- se hizo en China. Aunque la mayor parte de la producción se destina al consumo local, el país asiático tiene la capacidad convertirse en una potencia exportadora.

En China hay medio centenar de marcas locales con capacidad para producir hasta 50 millones de vehículos al año, ya sea en sus propias plantas o en complejos construidos en conjunto con marcas globales. Ford, por ejemplo, produce vehículos en asociación con Chongqing Changan Automobile y Jiangling Motors Group. General Motors lo hace en alianza con SAIC.

Pero en medio de la pandemia del coronavirus, y tras la reducción de los apoyos fiscales que daba el gobierno para promover la adquisición de un auto, los consumidores están comprando menos automóviles. “Tienen una capacidad de producción inmensa y dicen: necesito vender todo esto, entonces qué hago, pues lo exporto”, dijo Gerardo San Román, director general para Latinoamérica de la firma de análisis de datos Jato Dynamics.

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Aunque las compañías chinas aún no están preparadas para lidiar con los mercados americano y europeos, que son más competitivos y exigentes en términos de calidad y de volumen de emisión de gases, los mercados emergentes se han vuelto atractivos para ellas.

Antes del impacto de la crisis financiera de 2008, algunas marcas chinas tenían planes ambiciosos de entrar en el mercado estadounidense. Entonces Chery habló de construir una fábrica en Nebraska y preveía conquistar hasta el 10% del mercado estadounidense. Aunque la fábrica jamás se construyó y la empresa no fabricó ningún modelo en ese país, sí lo intentó en Europa con un vehículo que buscaba competir en el segmento premium, pero que finalmente no tuvo éxito.

Tras esta experiencia, Chery y otros fabricantes chinos entendieron que antes de jugar en “las grandes ligas” debían atacar mercados menos exigentes y más pequeños. Algunas decidieron usar Australia como una especie de mercado de pruebas. Otros entraron con fuerza en América Latina.

“Para los fabricantes chinos fue mucho más práctico atacar mercados como Chile, Perú, Colombia y Cuba, que tienen carreteras parecidas, exigencias similares en los niveles de emisión, seguridad y hasta gustos similares a los del mercado chino”, dijo San Román.

Baic, por ejemplo, que es uno de los cinco grupos automovilísticos más grandes de China, arrancó su internacionalización en 2013, llegando a Oriente Medio, Asia Occidental, Asia Central, África y Latinoamérica, donde tiene presencia en Perú, Colombia, Chile, Uruguay y Paraguay. “México era el siguiente paso”, dijo Wei Huacheng, vicepresidente global de Grupo Baic, durante el lanzamiento de la marca en 2016.

La experiencia que han tenido las marcas chinas en otros mercados, en la última década, les ha permitido perfeccionar su modelo de negocio: la distribución de refacciones, las estrategias de mercado y la imagen de sus modelos.

“Ahora los ves en la calle y ya no se ven tan feos como antes. La ingeniería inversa (desarmar los autos para ver cada uno de los componentes) que han hecho los fabricantes chinos de coches americanos, europeos y japoneses, les ha permitido mejorar el diseño y la calidad de sus propios modelos. Han ido aprendiendo y están retomando sus planes de entrar a mercados más complejos”, dijo San Román.

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Con la mira en Norteamérica

Desde la entrada de China a la Organización Mundial del Comercio en 2001, la cadena de piezas y ensamblaje de automóviles se había mantenido como “la gran excepción” en la penetración que lograron otros productos chinos en Norteamérica. Sin embargo, esto ha ido cambiando a medida que las compañías automotrices de China están acumulando capacidad ociosa en sus plantas y están siguiendo el camino exportador establecido por otras multinacionales globales chinas, como las textileras y los fabricantes de computadoras y teléfonos.

Poco a poco, los fabricantes, locales y extranjeros, han empezado a colocar los excedentes de sus plantas chinas en los pisos de venta de otras latitudes, incluyendo Norteamérica. Por ejemplo, los modelos de Chevrolet, Aveo, Cavalier y Captiva, que se venden en México, son de manufactura china, igual que el crossover Buick Envision. También la nueva pickup de Peugeot, Landtrek, se produce en China.

Además de los modelos de manufactura china que se venden en los concesionarios de General Motors y Peugeot, por ejemplo, también están las crecientes ventas de las marcas Jac y Baic en el mercado mexicano. La marca MG, que llegó a México a finales de 2020, también venderá en sus concesionarios modelos de manufactura china.

En 2020, los concesionarios de Baic vendieron 1,544 vehículos, mientras que los de Jac comercializaron 4,271 unidades, según datos de Inegi. Aunque aún es un volumen pequeño, comparado con lo que venden otras marcas de volumen medio como Seat, Renault o Suzuki, las dos marcas asiáticas han registrado crecimientos de doble dígito en algunos años, gracias a una estrategia basada en ofrecer vehículos baratos con alto nivel de equipamiento.

“Eso significa competencia y posiblemente problemas para el sector automotriz a nivel mundial”, dijo San Román. “Así como las fábricas de China redujeron el costo de los nuevos productos en las últimas tres décadas, las crecientes exportaciones de vehículos chinos ejercerán una presión a la baja sobre el precio de los vehículos nuevos en todas partes”.

Jac, por ejemplo ofrece un SUV para siete pasajeros, por dos tercios del precio de los modelos japoneses, alemanes y estadounidenses que compiten en ese segmento. Su modelo eléctrico E Sei 1 es el SUV más barato en el mercado, cuesta 495,000 pesos.

China lanzó en 2017 un plan de desarrollo de automóviles a mediano y largo plazo, cuyo objetivo es hacer del país asiático una potencia automotriz "fuerte" en diez años. Este plan destaca el desarrollo de vehículos eléctricos y autónomos como una oportunidad para que China domine estas tecnologías emergentes.

“Les va a llevar tiempo conquistar los pisos de venta de Norteamérica pero lo pueden lograr. Así como en las tiendas de Mac ya se venden computadoras y teléfonos diseñados en California pero hechos en China, ya estamos viendo autos diseñados en Detroit pero ensamblados en China”, dijo San Román.

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