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Un crédito de la banca de desarrollo puede ser el salvavidas de Aeromar

A la fecha, la aerolínea ha acumulado deudas por alrededor de 6,500 mdp. La esperanza es un crédito que aún se negocia con la banca de desarrollo, a costa de una participación accionaria.
jue 16 junio 2022 05:00 AM
(Avión de Aeromar)
La aerolínea negocia un crédito de 75 millones de dólares con la banca de desarrollo.

Los sindicatos de trabajadores de Aeromar van por todo o nada. Con una nueva postergación de un aplazamiento a huelga que inició a mediados del año pasado, los pilotos y sobrecargos de la aerolínea aguardan a que la empresa negocie un crédito con la banca de desarrollo que podría ser un salvavidas para emerger de una serie de problemas financieros que ha arrastrado desde hace varios años, aunque esto signifique un cambio en la estructura de la empresa, o en el peor de los casos, derive en una eventual bancarrota.

La Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA, que agrupa a 800 trabajadores de la aerolínea) decidió postergar su emplazamiento a huelga para el próximo 16 de julio, mientras la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA) de México, que representa a 115 trabajadores, puso como fecha límite el próximo 1 de septiembre para que la aerolínea salde un adeudo de 15 millones de pesos por salarios y prestaciones, y que forma parte de un pasivo de más de 70 millones de pesos con los pilotos.

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A decir de ASPA, Aeromar tiene una deuda total de alrededor de 6,500 millones de pesos, entre compromisos laborales y con proveedores, entre los cuales se encuentran órganos del Estado como el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) y Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), el mayor proveedor de turbosina del país, al que debe 70.5 millones de pesos, según sus estados financieros del primer trimestre de año.

¿Cuál es el plan para salvar a Aeromar?

A la fecha, del plan para rescatar a la aerolínea regional poco se sabe. Desde 2016 se habló de una inyección de la compañía colombiana Avianca por 100 millones de dólares, que no se concretó por varias razones, entre éstas que ambas aerolíneas parecían ir por rumbos distintos.

“A mí nunca me pareció una buena idea hacer algo con Aeromar, y no vamos a hacer absolutamente ningún tipo de inversión”, dijo en 2019 Anko van der Werff, entonces CEO de Avianca. "No somos sus dueños ni nunca lo seremos, pero funciona de maravilla, hay relaciones comerciales o estratégicas que funcionan y no necesito ser el dueño”.

Pese a que el plan de capitalizar a la aerolínea se cayó, para los directivos el monto de inversión se mantuvo. Danilo Correa, director general de Aeromar, aseguró el año pasado que se estaba negociando con dos grupos empresariales una inversión de 50 a 100 millones de dólares, con la cual se buscaría triplicar la flota aérea en un plazo de cinco años.

“Es un proceso que de alguna forma no se había decidido así de firme en la empresa, pero desde mitad de año para acá ya se le dio toda la solvencia a la banca de inversión, que está acompañando el proceso, para hacer la búsqueda de inversionistas”, dijo el directivo a medios en octubre de 2021. “Ha cambiado mucho porque ya vimos que hay una oportunidad enorme de crecimiento, y que no nos podemos quedar atrás en la inversión”.

Sin embargo, pareciera que el inversionista finalmente podría ser la banca de desarrollo, con la que se negocia un crédito de 75 millones de dólares, y que podría cambiar de manera radical la estructura accionaria de la aerolínea.

Al respecto, Humberto Gual, secretario general de ASPA de México, afirma que la conversión del pasivo laboral en participación accionaria se ha puesto sobre las mesas de negociaciones, con lo cual los pilotos podrían ser accionistas de la aerolínea, algo que también podría plantearse con el financiamiento de la banca de desarrollo, un proceso similar al que ya marcha con Altán Redes.

“Tenemos un plan que ya se presentó. El mismo señor presidente Andrés Manuel López Obrador en una plática que tuve con él me dijo que con él contábamos tanto los trabajadores mexicanos como los pilotos, nos dijo que él apoyaba desde la parte gubernamental para que esta aerolínea siguiera a flote”, dice el representante sindical a Expansión.

La participación accionaria como garantía de un financiamiento parece viable, sobre todo ante una potencial falta de activos.

“Es factible, pero normalmente Banobras o la banca de desarrollo no interviene como parte integrante de la composición accionaria, sino que más bien tiene garantías con las que se quedan”, explica Fernando Gómez Suárez, especialista del sector aéreo. “Las garantías pueden ser las aeronaves mismas, pero si no son de ellos, sino de arrendamiento, no tendrían los activos para cubrir esas garantías. Entonces lo que queda es la composición accionaria, donde también el gobierno asume un riesgo”.

No obstante esto, el apoyo gubernamental ya parece estar fluyendo, al menos de manera indirecta. Aunque desde 2019 la Dirección General de Aeronáutica Civil (hoy la Agencia Federal de Aviación Civil, AFAC) informó de una auditoría a Aeromar, poco se supo de ella, pero algo parece probable: ante los adeudos que Aeromar tiene con ASA o con el AICM –de donde se acordó sacar a las aerolíneas que tuvieran pasivos, según acordaron el gobierno federal y la industria aérea–, la compañía ya no debería estar volando.

“¿Qué es lo que le correspondería al Estado como rector de la aviación? No permitir que esto siguiera, y hubiesen tenido que parar la aerolínea. Gracias a la intervención de ASPA de México con los diversos actores políticos nacionales, la aerolínea continúa su operación, nosotros hemos encontrado sensibilidad por parte de la actual administración para que la aerolínea continúe funcionando”.

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Un mercado sin Aeromar

Pese a su baja participación en el país, la quiebra de Aeromar podría traer graves consecuencias para ciertos mercados.

En 2019, la aerolínea concentró apenas 1.5% del mercado doméstico y 0.1% del internacional, proporciones que para 2019 fueron de 0.9% para ambos segmentos. Sin embargo, al ser una aerolínea regional que apuesta a operar rutas de corto alcance, atiende conexiones que difícilmente otra aerolínea podría, como desde la Ciudad de México a San Luis Potosí e Ixtepec.

“Por el modelo de aeronaves que tienen, sobre todo los ATR, que son básicamente para este tipo de aviación regional, lo importante es que se han dado las condiciones para cubrir un mercado importante, que tanta falta le hace al país. Ha habido ciertas rutas descuidadas, por explorar o por explotarse, no sólo por esta aerolínea sino por muchas otras. Cubre un nicho importante”, dice Gómez Suárez.

De momento, todo apunta a que los trabajadores no continuarán esperando por mucho tiempo a que la aerolínea cumpla con sus compromisos financieros, incluso si para ello tienen que estallar en huelga.

“Es una situación complicada, pero también la dignidad tiene un límite. Nosotros sabemos el riesgo que existe, mis compañeros pilotos de Aeromar, saben perfectamente lo que conlleva”, dice Gual.

Expansión buscó la postura de Aeromar, pero hasta la publicación de este texto no estuvo disponible para ofrecer comentarios.

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