José Zozaya, presidente de la AMIA, “aplaude” las decisiones del gobierno de sumarse a estas metas en torno a la preservación del medio ambiente; no obstante, “nos encantaría que se pudiese cumplir, pero lo primero es lo primero. Lo primero es determinar las políticas públicas para llegar ahí”, dice en entrevista con Expansión.
Desde su perspectiva, el cambio debe estar liderado por el gobierno federal, para así hacer una acción efectiva y posteriormente establecer una mesa de trabajo con dependencias, empresas y asociaciones del sector automotriz, destacando que la meta propuesta “va a llegar en ocho años, es rápido, por lo que deberíamos de estar trabajando ya”.
A lo largo de 2021 se produjeron 3,028,481 vehículos en México. En este periodo se ensamblaron 58,292 vehículos eléctricos, lo que representó apenas el 2% del total, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
El pasado 4 de noviembre, la firma de origen estadounidense Ford cumplió un año de producir en su planta de Cuautitlán, Estado de México, su modelo Mustang March-E, siendo esta la primera planta en ensamblar, de manera masiva y para el resto del mundo, un vehículo con esta tecnología en el país.
De manera similar, la marca de origen chino JAC, en su planta de Ciudad Sahagún, Hidalgo, también produce vehículos con dichas tecnologías, limitando su modelo de negocio solamente al mercado local sin contemplar las exportaciones.
Zozaya aseveró que, ya que cada empresa y armadora tiene posibilidades diferentes, las autoridades deberán de trabajar con cada una de ellas para localizar sus necesidades, al mismo tiempo que elabora un marco normativo encaminado en alcanzar dicho objetivo.
“El gobierno debe participar en el tema de todo lo que es normatividad y los incentivos. Poner metas claras y alcanzables. Cada empresa y armadora tienen posibilidades diferentes. Otras dirán que sí pueden y otras dirán que no van a llegar, por eso habría que juntarse todos”, expuso.