Grupo Famsa, la empresa regia fundada por Humberto Garza González en 1970, enfrenta una situación crítica. A pesar de sus esfuerzos, no ha logrado recuperarse del duro golpe que significó el cese de operaciones de su brazo financiero a mediados de 2020, ni de la crisis económica que desató la covid-19. A finales de marzo cerró su última tienda en México y aún enfrenta una deuda millonaria con sus acreedores.
La empresa mexicana dedicada a la venta de muebles y electrodomésticos comenzó a enfrentar problemas de incumplimiento en el pago de sus bonos a inicios de junio de 2020, y un par de semanas después, presentó una solicitud voluntaria para acogerse al Capítulo 11 del Código de Bancarrota de Estados Unidos con el fin de reestructurar sus deudas.
En su solicitud, de la cual Expansión tiene copia, Grupo Famsa detalló que tenía entre 200 y 999 acreedores, y que su deuda oscilaba entre los 1,000 y los 10,000 millones de dólares. Entre los acreedores se encuentran varias empresas proveedoras de electrodomésticos, incluyendo a Mabe y Whirlpool.
Pero una semana después de que la empresa envió su solicitud voluntaria para acogerse al Capítulo 11, las autoridades revocaron la licencia de operaciones a Banco Ahorro Famsa, lo que modificó el entorno bajo el cual se ampararon los términos y condiciones de la votación de propuesta del plan de refinanciamiento de los bonos 2020.
A mediados de julio de 2020, Grupo Famsa solicitó su retiro voluntario del Capítulo 11 del Código de Bancarrota de Estados Unidos, desdibujando la posibilidad de reestructura financiera de la empresa regiomontana.