Si bien, Kwid marca la incursión de la marca con los autos hechos en China para venderse en México, Renault ya había dado algunos pasos en el terreno de la electrificación.
La marca vendió en 2014 la primera unidad de Twizy, un eléctrico pequeño hecho en España que alcanzaba hasta 100 kilómetros de autonomía, por medio de una batería de litio recargable por corriente directa con un voltaje de 220 o 110 volts.
Sin embargo, de éste solo se comercializaron 210 unidades desde su lanzamiento hasta septiembre de 2021, cuando se comercializó la última unidad en el país, de acuerdo con datos de Inegi.
“Twizy fue la oportunidad de empezar a entender un nuevo mercado que, aunque está en la misma industria, tiene otros puntos, entonces fue una forma de movernos de manera controlada en el terreno de la electrificación. Sabíamos que no era un vehículo de volumen, ya que estaba concebido para ser un vehículo diferente y que permitiera hacer esa primera aproximación”, añadió López.
También en 2020, la marca introdujo su vehículo de carga Kangoo en versión eléctrica manufacturada en Argentina, del que se han comercializado 426 unidades en el país.
Pese a ser manufacturado en China, el vehículo cuenta con un Número de Identificación Vehicular (VIN, por sus siglas en inglés), que es como el ADN del auto francés.
Alfredo Figueroa, gerente de ingeniería de Renault México, detalla que, así como el SUV Koleos, que es fabricado en Corea del Sur, ambos poseen un VIN francés porque cumplen con todas las regulaciones europeas, como que, en caso de colisión, no haya ningún derrame o las puertas se puedan abrir.
“La mayoría de las marcas lo asocian con el país de fabricación, pero no es su intención, si no identificar al constructor, entonces cuando el vehículo cumple con el 100% de las regulaciones europeas, entonces Renault le coloca la estructura de un VIN Francés”, concluye.