La génesis de la marca tuvo lugar hace dos años, cuando Javier Alonso, José Alonso Beckman y Esteban González Beckman unieron sus proyectos tequileros. La inspiración surge del vino rosado, una bebida que se disfruta con frecuencia en metrópolis como París, Londres e Ibiza. Fue en estas ciudades donde Celosa Rosé fijó su objetivo.
El logro de destacar con una bebida emblemática de México en otros continentes para luego adentrarse en el mercado local no es común, pero se ha convertido en una estrategia cada vez más sólida entre las empresas de carácter artesanal. Esta táctica permite capitalizar el reconocimiento obtenido en mercados donde escasean opciones similares que puedan competir.
Además, según el Consejo Regulador del Tequila, en mercados como Estados Unidos, las bebidas premium son las más demandadas, y cada vez más consumidores optan por disfrutarlas "a palo seco", como es la tradición en México.
En el universo de los tequilas, pocas marcas han logrado desafiar el paradigma de triunfar en el extranjero antes de conquistar el paladar nacional, y Clase Azul es una de ellas. En el ámbito local, cobra importancia el segmento ultrapremium, donde la totalidad de la experiencia, desde la bebida hasta el envase, se comercializa como un objeto único elaborado artesanalmente.
La exclusividad y el toque artesanal de Celosa Rosé se manifiestan en los tapones de sus botellas, fabricados en una sola pieza de mármol negro con un veteado hecho a mano por artesanos colaboradores de la empresa, lo que añade un componente distintivo.
Este tequila, elaborado con agave Blue Weber de siete años cultivado en la destilería Hacienda La Capilla en los altos de Jalisco, presenta una botella única que, en su parte inferior, forma un corazón de agave. "Aspiramos a ser reconocidos como una marca de lujo artesanal mexicana y, por eso, buscamos presencia en los destinos más aspiracionales del mundo", señala Pietrini a Expansión.
Para su distribución en Estados Unidos, donde tiene presencia en 21 estados, Celosa Rosé se introduce al mercado a través de intermediarios, aunque la empresa cuenta con equipos internos para seleccionar cuidadosamente los lugares de comercialización. En Europa, un equipo comercial con experiencia en bebidas premium, como el champagne Moët, lidera la expansión del producto.