Estos dispositivos, que permiten inhalar nicotina en forma de vapor, se han promocionado como una alternativa al tabaco menos perjudicial para la salud, debido a que no producen alquitrán ni monóxido de carbono, dos de los elementos más dañinos del humo del tabaco. Empresas como Philip Morris han fijado metas ambiciosas para aumentar sus ingresos a través de la venta de sistemas de vapeo como IQOS, en lugar de los cigarros tradicionales. Según datos proporcionados por la empresa, los productos libres de humo representaron 37% de sus ingresos netos en 2023.
No obstante, la Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos de América (FDA, por sus siglas en inglés) ha emitido una advertencia sobre el riesgo significativo asociado con los dispositivos electrónicos de calentamiento o vaporización (vapeadores), debido a la presencia de glicerina, propilenglicol y glicerol. Estas sustancias, al degradarse, pueden producir toxinas que causan quemaduras graves en la piel y daños severos al ser inhaladas.
Según datos recabados en la iniciativa de reforma presentada por López Obrador el pasado 5 de febrero, entre septiembre de 2019 y febrero de 2020, se reportaron en Estados Unidos un total de 2,807 casos de pacientes hospitalizados o fallecidos debido a lesiones pulmonares graves ocasionadas por el uso de cigarrillos electrónicos y vapeadores. El análisis de laboratorio reveló que el acetato de vitamina E, presente en algunos productos de vapeo, contenía tetrahidrocannabinol, un compuesto fuertemente asociado al brote de lesiones pulmonares graves.
Otro análisis cromatográfico realizado por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), y citado en la iniciativa, confirmó la presencia de sustancias altamente tóxicas en los productos examinados.
Mientras los importadores y comercializadores prevén que la nueva iniciativa de reforma constitucional desatará una nueva ola de solicitudes de amparos en los tribunales, la discusión sobre los riesgos para la salud asociados con el vapeo continúa a nivel internacional. Si bien se considera que los dispositivos electrónicos representan una alternativa menos perjudicial que los cigarrillos tradicionales, organizaciones como la American Cancer Society advierten sobre posibles efectos negativos, como enfermedades pulmonares, cardíacas y cáncer.
El mercado global de cigarros electrónicos y vaporizadores ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años y se espera que esta tendencia continúe. Grand View Research proyecta una tasa de crecimiento anual compuesta del 30.6% entre 2023 y 2030, impulsada por una mayor conciencia pública sobre los riesgos relativos de los distintos productos de tabaco.