Estas opiniones muestran la alta incertidumbre que enfrenta el panorama en México justo cuando sus bonos se recuperan lentamente de una fuerte caída a principios de este año, cuando los inversionistas se retiraron en masa. Si bien los bonos del gobierno en pesos, conocidos como Mbonos, obtuvieron una ganancia de 0.5% este mes, igual han perdido 4.6% en lo que va del año, el sexto peor desempeño entre la deuda soberana denominada en moneda local en los mercados emergentes.
“Me parece que la probabilidad de que suban las tasas antes de lo que pensábamos es alta, considerando la tendencia reciente de inflación”, dijo Claudia Ceja, estratega de BBVA en Ciudad de México. “Aun así pensaría que buscan aguantar lo más posible”.
La especulación de que el banco central acelerará sus planes de alza de tasas se ha intensificado en los mercados de swaps desde que un indicador de la inflación de los precios al consumidor subió 6% en abril respecto al año anterior, dos veces más rápido que la meta de 3% de las autoridades.
Irene Espinosa, subgobernadora de Banxico y una de los cinco miembros de la junta de fijación de tasas, dijo en una entrevista con Bloomberg News el martes que no hay más flexibilización monetaria sobre la mesa y que el banco podría necesitar eventualmente retirar el estímulo si las presiones inflacionarias siguen siendo elevadas.
Algunos economistas están alineando sus perspectivas más estrechamente con los operadores de swaps. En una nota la semana pasada, los estrategas de JPMorgan Chase, Gabriel Lozano y Steven Palacio escribieron que Banxico probablemente aumentará la tasa crediticia clave, actualmente establecida en 4%, a 4.5% este año y a 5% en 2022.
La perspectiva depende en parte de la Reserva Federal, que también está equilibrando los riesgos de inflación con la recuperación de la economía estadounidense tras la pandemia. El aumento repentino del crecimiento en Estados Unidos ayudó a impulsar el éxodo de inversionistas de México a principios de este año cuando los rendimientos de los bonos del Tesoro aumentaron y trasladaron efectivo a Estados Unidos.
Dado que la Fed promete seguir apoyando la economía, y que los rendimientos de los bonos del Tesoro retroceden desde los máximos de marzo, esa fuga de capitales se ha detenido. El promedio móvil de 20 días de los flujos externos hacia los bonos mexicanos este mes se volvió positivo por primera vez desde mediados de febrero, según datos de Banxico.
Si los riesgos resultan ser temporales y la Fed sigue siendo acomodaticia, el banco central de México puede resistir a las alzas por mucho más tiempo.
“Depende de lo que suceda con la inflación en los próximos meses”, dijo Marco Oviedo, economista de Barclays en Nueva York.
“Tendríamos que ver un comportamiento muy atípico en algunos precios de la subyacente para que la inflación se empiece a disparar”, dijo. “El riesgo es que la Fed en algún momento sienta que está detrás de la curva”.