Las prácticas ESG (ambientales, sociales y de gobierno corporativo, por sus siglas en inglés) han dejado de ser solo una moda y se han convertido en un "deber ser" para las empresas. Cada vez más inversionistas buscan tener su dinero en empresas que se alineen con las mejores prácticas en estos tres ámbitos. Con este aumento de la demanda, evitar el greenwashing (la simulación de ser ESG) es uno de los grandes retos que enfrenta el mercado.
Pero la falta de consistencia en las metodologías de los diferentes calificadores dificulta la toma de decisiones al momento de invertir, coinciden los expertos que participaron en el panel "El reto de los ESG: fondos y mercados en busca de la sustentabilidad", que forma parte de la agenda del Expansión Summit 2021.
Existen fondos de inversión que se dicen ESG, pero que llegan a incluir a empresas que no se encuentran bien calificadas en estos temas. “Hay disparidad en cuanto a la composición de los índices bursátiles, pero es que en realidad las propias metodologías de los indexadores, de las calificadoras son diferentes. Cada una tiene sus propias estrategias y sus propios temas que van evaluando y por lo tanto una misma empresa podría tener perspectivas diferentes”, comenta María Ariza, directora general de BIVA.