A ello se le suma el temor de que la economía mundial se aproxime a una recesión y los conflictos geopolíticos (Ucrania y Rusia, China y Taiwán). Puede, sin embargo, que todos estos factores ya hayan sido descontados por el mercado, ya que desde los mínimos del año registrados a mediados de junio, los principales índices han subido más de 15%, llevando a los analistas a debatir sobre si el mercado está listo para extender su racha ganadora o si se trata de un mero rebote.
Michael J.Wilson, analista de Morgan Stanley, ha señalado que el repunte es exagerado debido a los riesgos que hay en la economía, una política monetaria más restrictiva y las perspectivas de ganancias corporativas, de acuerdo con una nota de Bloomberg. “La configuración macro, política y de ganancias es mucho menos favorable para las acciones hoy en día”, indicó Wilson, quien señaló que si los próximos reportes de las empresas son decepcionantes podrían provocar la próxima baja en las acciones.
Por el contrario, analistas de JPMorgan Chase, han mencionado que el reciente repunte podría extenderse hasta fin de año impulsado por las acciones de crecimiento (aquellas que suelen tener un rendimiento superior al del mercado en general, como las tecnológicas). sobre todo después de que la inflación de Estados Unidos se desaceleró a 8.5% en julio (desde el 9.1% de junio).
Según un sondeo de Bank of America (BofA), los inversionistas siguen siendo bajistas, pero ya no de forma "apocalíptica", debido al aumento de las esperanzas de que en los próximos trimestres terminen las posibles sorpresas sobre la inflación y las tasas de interés.
BofA, que sondeó a inversionistas que supervisan activos por valor de 836,000 millones de dólares entre el 5 y el 11 de agosto, dijo que habían recortado una posición neta infraponderada en renta variable a menos de 26%. Se trata de una mejora respecto al mínimo de 44% registrado en julio, un nivel visto por última vez en la crisis financiera mundial de 2008, indicó Reuters en una nota.
De acuerdo con BofA, en agosto se vio una gran rotación hacia las acciones estadounidenses de tecnología y de consumo, mientras que los inversores vendieron papeles defensivos como los servicios públicos y los productos básicos de consumo, así como las acciones del Reino Unido.