Estados Unidos coquetea con una crisis de deuda y nadie puede solucionarlo
WASHINGTON (CNN)- El gobierno de Estados Unidos está precipitándose hacia una posible crisis económica y al parecer, nadie en Washington sabe cómo evitarlo.
Mientras los legisladores pelean por las votaciones sobre desacatos y juicios políticos , no ha habido avances hacia un acuerdo presupuestario ni para extender la capacidad del gobierno federal para pedir préstamos antes de septiembre, fecha en la que el dinero se terminará. Con eso, surge la terrible posibilidad de que se implementen recortes obligatorios por más de 100,000 millones de dólares y de que Estados Unidos caiga en una suspensión de pagos sin precedentes que podría desencadenar una catástrofe económica mundial.
Es un desastre que todos saben que llegará y que al parecer nadie sabe cómo evitar, al menos por el momento.
"Es uno de esos momentos de caricatura, en el que tienes un yunque pendiendo sobre la cabeza", dijo el asesor de un legislador republicano a CNN. "Todos pensamos: 'Hombre, estamos a punto de que esto nos aplaste', pero nadie sabe a ciencia cierta cómo quitarse de ahí en este momento".
Ni siquiera las líneas de batalla están bien claras en este punto. Crece la frustración del presidente, Donald Trump, y de los republicanos del Congreso, así como las dudas sobre qué aceptarán los demócratas de la Cámara de Representantes.
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La pelea por la ayuda para desastres
El signo más reciente de la disfunción que cunde en el Congreso se dejó ver esta semana: los republicanos y los demócratas siguen sin saber qué hacer en las prolongadas negociaciones sobre la ayuda para desastres en estados afectados recientemente por huracanes, inundaciones e incendios, tema en el que usualmente es fácil llegar a un acuerdo bipartidista, pero que en este caso no se ha logrado por otras cuestiones que no tienen nada que ver.
"Si no podemos hacer esto, ¿qué rayos podemos hacer con algo mucho más grande?", preguntó Richard Shelby, presidente de la Comisión de Presupuesto del Senado tras una llamada telefónica con el jefe de despacho de la Casa Blanca, Mick Mulvaney. "Espero que esto no sea un preludio de lo que viene".
El republicano de Alabama señaló que le dijo a Mulvaney que la incapacidad de aprobar la ley sobre asistencia no era buena señal para las negociaciones difíciles que se avecinaban.
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"Según recuerdo, es lo más que ha pasado sin que se resuelva algo tan importante como esto", agregó Shelby. "Pero pienso que esto es pequeño, muy importante, pero pequeño, en comparación con lo que enfrentaremos si no marcamos un rumbo".
El gobierno estadounidense se ha tambaleado de una crisis fiscal y presupuestaria a otra desde hace casi una década. Sin embargo, como lo demostró el más reciente cierre de la administración que rompió récords, a finales del año pasado, el comodín ahora es Trump, cuyo estilo de negociación impredecible ha dejado en un atolladero al Congreso. Trump ha chocado con los demócratas desde hace meses, incluso por la partida de recursos para Puerto Rico en la ley sobre desastres; su gobierno ha tensado aún más las pláticas con sus intentos de incluir los 4,500 millones de dólares que Trump quiere para la seguridad fronteriza, medida a la que los demócratas se oponen vehementemente.
Shelby hizo referencia a los recortes automáticos al gasto, por 100,000 millones de dólares, que se aplicarán en octubre si el Congreso no logra un acuerdo para elevar los techos de deuda para el gasto discrecional, es decir, casi todo lo que no es Seguridad Social y Medicare.
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El Congreso llegó a un acuerdo de dos años para elevar los techos de deuda en 2017. Si los legisladores no aprueban otro aumento, el presupuesto tendrá que regresar a los niveles de 2011.
Las fechas límite pueden activar las negociaciones
Los legisladores, especialmente los miembros de mayor rango de las comisiones presupuestarias de ambas cámaras, han logrado salir avante de otras negociaciones imposibles; en general, se las han arreglado para sacarse conejos de la chistera en el último minuto. Además, pese al cierre del invierno pasado, el proceso presupuestario de 2018 fue el más exitoso en décadas: más del 75% del gobierno recibió recursos a través de un procedimiento ordinario antes de que terminara el año fiscal.
A diferencia de la negociación del paquete de ayuda para desastres, las del gasto y el techo de deuda tienen una fecha límite estricta… y consecuencias graves si no se llega a un acuerdo. En el caso de los republicanos, podrían ser recortes radicales a los programas de defensa, una de las principales prioridades del partido. Los demócratas tendrían que aceptar recortes igualmente dolorosos a los programas internos, que han sido su prioridad en las negociaciones desde hace mucho.
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De acuerdo con varios asesores y legisladores que hablaron con CNN para este artículo, las fechas límite pueden servir para agudizar la urgencia de los negociadores de todos los bandos; en general, los miembros de ambos partidos consideran que la suspensión de pagos de la deuda federal es algo que preferirían evitar.
Sin embargo, a Shelby le preocupa que sus colegas (y la Casa Blanca) no le estén poniendo atención suficiente a los peligros que se avecinan.
Uno de los problemas es que es probable que Trump no se dé cuenta de lo dañina que podría ser una crisis presupuestaria y una suspensión de pagos.
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Shelby, quien sacó el tema en un almuerzo de trabajo de los republicanos, esta semana, dijo que él y su personal están trabajando en un documento, junto con la Dirección de Presupuesto del Congreso y la Dirección de Administración y Presupuesto [de la presidencia], en el que se detallan los efectos para que todo el mundo los entienda. Dijo a CNN que una vez que esté terminado, piensa llevárselo directamente a Trump para dejar en claro lo que está en juego.
"Le dije a nuestra asamblea ayer que esto sería draconiano. Probablemente no lo han pensado mucho porque creen que nosotros nos encargaremos de esto", dijo Shelby a CNN hace unos días. Sin embargo, reconoció que el tiempo está en contra de todos.
"Ya viene junio y vaya, tenemos algunas montañas que escalar", dijo.
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El banco de tres patas
Las negociaciones se desarrollan como resultado de la reforma fiscal de Trump, con la que se incrementó el déficit. Trump, quien hace mucho se proclamó "el rey de la deuda", prometió aumentar el gasto en defensa y los funcionarios de la Casa Blanca han buscado intensamente formas de incrementar el presupuesto militar sin recurrir al Congreso, lo que suscitado las objeciones de los demócratas.
En meses recientes, la Casa Blanca ha jugado con la idea de dejar que entren en vigor los recortes presupuestales en nombre de la compostura fiscal. Fue una idea que los representantes de la Casa Blanca propusieron abiertamente en una reunión de los asistentes de los republicanos de alto rango hace unos meses, según declararon a CNN dos personas que saben de las conversaciones. Mencionaron otras formas de amarrar el dinero necesario para compensar los recortes al presupuesto de defensa, pero ninguno de los presentes las consideró factibles.
Mulvaney también dejó bien claro, en conversaciones con legisladores republicanos, que se opone a que se elimine el techo de deuda para el gasto interno, según varios senadores y asesores republicanos, aunque los demócratas que controlan la cámara baja dejaron en claro que esto no es aceptable para ellos.
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Los líderes del Congreso han intentado forzar las negociaciones. Mitch McConnell, líder de la mayoría en el Senado, anunció públicamente en abril la creación de un grupo de trabajo bipartidista para formular un acuerdo presupuestario a dos años y se mostró optimista de que se llegue a un acuerdo. La idea se anunció luego de que se diera a conocer una reunión entre Trump, McConnell y Kevin McCarthy, líder de los republicanos en la Cámara de Representantes. La reunión refleja que entre los republicanos crece la inquietud por la entrada en vigor automática de los recortes al presupuesto de defensa, según dijeron a CNN dos fuentes que conocen del tema. El grupo, compuesto por los directores de proyecto de cuatro de los líderes del Capitolio, se ha reunido en dos ocasiones, pero no se sabe a ciencia cierta qué tanto han avanzado.
Los demócratas, desgastados por el cierre, han pedido que las negociaciones permanezcan en el Congreso.
"Creo que la única forma en la que tendremos un presupuesto es la misma de los pasados dos años: que el presidente se quede fuera", dijo Schumer a CNN. "Creo que si hablan con mis colegas republicanos y ellos les dijeran lo que nos están diciendo a nosotros, les dirían lo mismo".
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Sin embargo, Shelby, quien ha tenido roces con Mulvaney en negociaciones anteriores y tiene una relación cercana y efectiva con el senador Patrick Leahy, presidente de la Comisión Presupuestaria del Senado, dejó en claro que la Casa Blanca tiene que permanecer involucrada. Se considera que los esfuerzos de Shelby por informar a Trump fueron una de las razones principales por las que Trump accedió finalmente a ponerle fin al cierre administrativo .
"Tenemos un banco de tres patas", dijo Shelby. "Una cámara baja demócrata. Una Casa Blanca y un presidente republicanos. Un Senado republicano. Tenemos que tenerlos a todos para que el banco no se caiga".
Los legisladores tienen hasta septiembre para mantener abierta la administración y evitar que se repita el colapso del invierno pasado. Ese cierre parcial dejó a unos 800,000 empleados federales sin paga durante las fiestas decembrinas, además de que un número indeterminado de contratistas externos no recibió pagos atrasados. El cierre, que surgió de una pelea por el financiamiento del muro fronterizo, terminó cuando los problemas de personal de control de tráfico aéreo provocaron demoras en Nueva York y en los principales aeropuertos del país, lo que tuvo malas consecuencias políticas para Trump.
Las medidas extraordinarias son una solución temporal
Al parecer se discute menos el tema de la deuda. Desde la Primera Guerra Mundial, el Congreso ha tratado de limitar la deuda federal y rutinariamente ha elevado el límite a la par del endeudamiento del gobierno estadounidense. El techo de deuda se suspendió en 2015, cuando los republicanos coquetearon con la suspensión de pagos en medio de una disputa con la presidencia de Obama.
Los límites volvieron a entrar en vigor en marzo, pero el gobierno estadounidense ha podido recurrir a las llamadas "medidas extraordinarias" para seguir pagando sus deudas. Se espera que dichas medidas se agoten a principios del otoño.
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Steven Mnuchin, secretario del Tesoro, pidió a los legisladores que aumenten el techo de deuda lo más pronto posible, pero hasta ahora, los legisladores no han estado dispuestos a ceder sus armas de negociación en temas polémicos como la inmigración; no obstante, los demócratas más prominentes indicaron que tampoco están dispuestos a poner en riesgo la calificación crediticia de Estados Unidos.
"Estados Unidos no va a faltar a sus obligaciones ni a sus deudas. Pienso entonces que no debemos usarlo como tema político", dijo Steny Hoyer, líder de la mayoría en la Cámara de Representantes el miércoles, 8 de mayo. "Pero, y es un gran pero, tenemos que evitar que la crisis o el cierre de la administración, como pasó con la dirigencia republicana en la legislatura anterior, permee en esta legislatura. En consecuencia, urjo a que hagamos ambas cosas de forma bipartidista y constructiva".
Cuando se le preguntó si eso significaba que quería lidiar con el techo de la deuda junto con las leyes presupuestales, Hoyer dijo que estaba abierto a cualquier enfoque con el que se llegara a un acuerdo.
El republicano Tom Cole, diputado por Oklahoma, dijo que la advertencia de Shelby debería ser un llamado a la acción para ambas cámaras. "El senador Shelby está diciéndoles a todos en esta cámara lo que tienen que saber, que necesitamos dejar los juegos partidistas y centrarnos en gobernar el país: avanzar con las propuestas de ley de ingresos y egresos y arreglar lo del techo de la deuda", dijo.
"Parece que ambas partes creen que pueden aprovechar sus armas de negociación para lograr algo y yo no creo que se pueda", agregó Cole. "Cada vez que lo haces, terminas con un cierre administrativo".