Estos se añade al bloqueo israelí en Gaza, a las restricciones de movimiento debido a la ocupación, al control israelí de las fronteras, a los desacuerdos internos palestinos, a la corrupción, y al riesgo constante de inestabilidad, entre otros.
Una economía de gran potencial
Israel rechaza las acusaciones palestinas que le hacen responsable del estancamiento, y habla de los permisos concedidos a más de 100,000 palestinos para trabajar en Israel y en las colonias de Cisjordania, así como de los cientos de millones de séqueles invertidos para facilitar su paso a las terminales de entrada israelíes.
Israel tiene "mucho que ganar" con la mejora de las condiciones de vida palestinas, dice un responsable a la AFP.
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Sin embargo, desde hace un mes, la fábrica Sinokrot solo vende uno de sus tres productos, se queja Majd Sinokrot, jefe de la producción. "La gente que compraba dos paquetes al día, ya solo compran uno, si acaso...".
La conferencia de Baréin está destinada a dibujar un "futuro próspero" para los palestinos, ya que la paz con los israelíes "desbloquearía el increíble potencial" de su economía, afirma Jason Greenblatt, asesor de Donald Trump.
Para los dirigentes palestinos, el objetivo es conseguir que los palestinos renuncien a sus reivindicaciones políticas.
Manama pretende "esquivar la política", declaró el economista Nasr Abdel Karim. Numerosos empresarios palestinos mantienen estrechas relaciones con Israel, pero sienten que "participar [en la conferencia] podría salir caro", ya que serían acusados de traición.