Este exministro de Finanzas dijo que fue invitado a la cumbre organizada el martes y el miércoles en Baréin por la administración estadounidense de Donald Trump. Esta reunión sirve de preludio a una iniciativa esperada desde hace meses y que debería, según Washington, resolver el conflicto entre israelíes y palestinos.
Mazen Sinokrot afirmó que declinó la invitación. No se sentía "cómodo", y no es el único.
La conferencia se topa con el rechazo de la dirección política palestina, indignada por las decisiones pro-israelíes de Estados Unidos, y también con el boicot casi generalizado de empresarios palestinos .
Los estadounidenses cuentan con presentar en Baréin su "visión" de las oportunidades económicas para los palestinos si, después de décadas de hostilidades e iniciativas diplomáticas abortadas, acordasen la paz con los israelíes, según los términos de Washington.
Cuando los estadounidenses publicaron el sábado las grandes líneas de su plan, que busca reunir más de 50,000 millones de dólares en diez años y crear más de un millón de empleos palestinos, la dirección palestina lo rechazó.
"Necesitamos [apoyo] económico, dinero y ayuda, pero ante todo, hace falta una solución política", declaró el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, para quien la conferencia de Baréin está "destinado al fracaso".