Sin embargo, la reacción de Irán al incidente del buque petrolero en el golfo de Omán —discurso duro y la reducción gradual de las limitaciones al enriquecimiento de uranio, contempladas en el tratado nuclear— demuestra que no están dispuestos a retroceder. No pueden darse el lujo de parecer débiles, ya que viven en un barrio rudo y tienen pocos amigos.
Irán superará el límite de reservas de uranio para presionar a EU
Pese a todo, Estados Unidos prefiere recurrir a las amenazas en vez de centrarse en la diplomacia. Su comandante supremo dice que en realidad no quiere la guerra y que estaría dispuesto a hablar con el gobierno iraní. Pero enviar mil soldados más a la región ahoga esas intenciones más serenas.
Cualquier conflicto de Estados Unidos con Irán sería complicado, desigual, prolongado y les costaría muchísimo a los aliados de Estados Unidos en la región; no cabe duda de que Estados Unidos soportaría lo que considera un costo aceptable a corto plazo. Lo más probable es que sus intermediarios en la región se encarguen de gran parte del combate.
Sin embargo, Trump y su equipo no necesitan todo este alboroto, especialmente porque se acercan las elecciones , así que están dejando en claro que no quieren llegar a nada horroroso pese a tanto discurso duro. A final de cuentas, la guerra con Irán sería caótica, pero no involucraría un holocausto nuclear. Al menos no todavía.
Por otro lado, con Corea del Norte, Trump comenzó con "fuego y furia", pero pronto se dio cuenta de lo feroz que podría ser un conflicto directo con una potencia nuclear inestable.