Mientras las cámaras disparaban y Pompeo caminaba de un lado a otro incómodamente, la hija del presidente tardó un momento en darse cuenta de que él estaba tratando de meterse en la fila. Finalmente, se hizo a un lado para que el secretario de Estado tomara su lugar entre ella y la primera dama de Corea del Sur.
El momento encapsuló el papel inusualmente prominente que Ivanka Trump ha desempeñado en la gira de Trump por Asia: una hija que se coloca bajo los reflectores y asume deberes que trascienden a los de un colaborador de alto rango en el escenario mundial; el más reciente de sus esfuerzos constantes por presentarse como una diplomática.
En Washington, las autoridades de seguridad nacional se erizaron con la gran presencia de Ivanka en el extranjero. Sin embargo, la gente cercana al presidente de Estados Unidos dice que no es nada nuevo.
Bajo los reflectores
La presidencia (y la oficina de la primera dama en particular) ha dejado en claro que Ivanka Trump no es la primera dama. Sin embargo, Melania Trump, quien acompañó al presidente en sus giras recientes por Europa y Tokio, se saltó la visita a Osaka para la cumbre del G20 y el viaje subsiguiente a Seúl. Su directora de comunicaciones y ahora secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Stephanie Grisham , declinó dar razones de su ausencia. Por otro lado, Ivanka se afirmó en el extranjero esta semana en una forma única y sin precedentes, como miembro de la delegación estadounidense y como familiar del presidente.