Además, varios congresistas demócratas realizaron el martes una visita a centros de detención de la policía fronteriza en El Paso y Clint.
El líder de la delegación parlamentaria, Joaquín Castro, destacó frente a la prensa que las celdas de mujeres estaban "sin agua corriente", y afirmó que las detenidas tienen que "beber agua de los retretes".
La representante Alexandria Ocasio-Cortez, quien también visitó esos centros de detención, dijo que los migrantes estaban siendo sometidos a una "crueldad sistémica". Días antes, calificó estos lugares de "centros de concentración".
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Las advertencias sobre las malas condiciones de los centro de detención no vienen solo de los demócratas o de grupos de activistas, sino desde el mismo gobierno de Trump. El Departamento de Seguridad Nacional (DHS), al cual pertenece la CPB, alertó el martes sobre los riesgos causados por el hacinamiento y la inseguridad en los centros de detención de inmigrantes indocumentados en Texas.
"Estamos preocupados por el hacinamiento y la detención prolongada, que representan un riesgo inmediato para la salud y la seguridad de los agentes y oficiales del DHS, así como de los detenidos", indicó un informe de la inspección general del Departamento.
En junio, dos miembros del Departamento visitaron cinco centros de detención cerca de la frontera con México, por donde un gran número de migrantes ha intentado ingresar a Estados Unidos en los últimos meses.
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