En vez del "Saludo a Estados Unidos" que ha proclamado, los detractores de Trump temen que en realidad esté tramando un saludo a sí mismo.
Al parecer, su más reciente sesión de fotos será un reflejo de su propia vanidad, de su obsesión con la cantidad de asistentes, de su avidez de estar bajo los reflectores, de su gusto por el equipo militar y de sus flirteos con el autoritarismo.
Sin embargo, desde la perspectiva de Trump, será una maniobra ganadora. La indignación de los demócratas y de la prensa porque Trump está robándose las celebraciones del 4 de Julio no ofenderán a todos los estadounidenses. Para muchos, bien podría ser un despliegue muy bienvenido del poderío del país.
OPINIÓN: ¿Ganarle a Trump o derrotar al trumpismo?
Al servir de árbitro del patriotismo —como lo hizo durante la controversia de los jugadores de la NFL que se arrodillaron— y comandante supremo fuerte, Trump también está tendiendo una trampa política.
Una vez más, puede posar en televisión nacional como el azote patriótico y desafiante de las élites que desprecian los valores de los estadounidenses del interior, estrategia a la que recurrió para ganar las elecciones de 2016 y con la que cuenta para obtener un segundo mandato.
En un par de tuits, Trump insinuó el miércoles que los temas de la noche estarán muy alineados con su mensaje electoral.