Bachelet llamó al gobierno de Brasil a frenar la incursión de la minería en los territorios indígenas, cosa que, según declaró, "anunciaría una nueva oleada de violencia para ahuyentar a la gente de las tierras de sus ancestros".
Desde que Bolsonaro asumió la presidencia, en enero, ha estado presionando para cumplir su promesa de campaña de restaurar la economía del país a través de la exploración del potencial económico de la Amazonia .
Bolsonaro ha propuesto abrir más áreas de la Amazonia a la minería y reducir el presupuesto de la agencia de protección ambiental del país en 23 millones de dólares (unos 440 millones de pesos). También despojó al Funai de su facultad de identificar y conceder títulos de propiedad en territorios indígenas.
"Mi intención es regular la minería, legalizar la minería, incluso para los indígenas que tienen derecho a explotar minas en su propiedad. La tierra es indígena y es su tierra", dijo Bolsonaro a los reporteros el lunes.
"Claro que las ONG y otros países no quieren esto. Quieren que los indígenas sigan atrapados como en un zoológico, como si fueran humanos prehistóricos", dijo.
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Carlos Rittl, secretario ejecutivo de la red de ONG ambientales Observatorio do Clima, dijo a CNN que los talamontes, los agricultores y los mineros ya están aprovechando la poca vigilancia para apoderarse de territorios cada vez más grandes dentro de la selva amazónica.
Según Amazon Watch, una organización no lucrativa dedicada a la protección del bosque lluvioso y de los derechos de los pueblos indígenas, se documentaron al menos 14 casos de avances ilegales en territorios indígenas de Brasil por parte de acaparadores de tierras, talamontes y mineros ilegales en los primeros tres meses del año.