PORTO VELHO, Brasil (CNN)- El humo es tan denso, que la avioneta Cessna a veces tiene que ascender para alejarse. A veces te arden los ojos y cierras las ventilas para que la cabina siga siendo habitable. A veces es tan grave, que es difícil ver lo grave que es la situación en el suelo.
Volar sobre Rondonia, el estado de la Amazonia más afectado (a lo largo de la semana pasada), es agotador principalmente por la infinitud de la devastación. Al principio, el humo escondía los incontables campos y bosquecillos en llamas, los caminos serpenteantes que terminaban en un montón de cenizas. Abajo, seguían viéndose las manchas anaranjadas de un incendio pequeño, pero gran parte del terreno parecía el mausoleo del bosque que alguna vez lo engalanó.