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Todos pierden con una guerra entre Estados Unidos e Irán

El presidente Donald Trump ha tomado decisiones diplomáticas arriesgadas para aminorar el riesgo militar que significa Teherán. ¿Qué implicaría un conflicto entre ambos países?
vie 04 octubre 2019 05:04 AM
Rohaní
En la región del golfo Pérsico reina el nerviosismo por la posibilidad de un conflicto con Irán.
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Según fuentes de los servicios de inteligencia en Medio Oriente y Occidente, los ataques recientes contra plantas petroleras saudíes se emprendieron desde tierras iraníes. Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania y otros han culpado a Irán de planear los ataques con misiles de crucero y se descartó que los rebeldes hutíes en Yemen pudieran ser los responsables.

Sin embargo, la franca acusación de que los iraníes atacaron a Arabia Saudita desde Irán —un acto de guerra— todavía no se ha hecho pública aunque, según las fuentes, las autoridades de los servicios de inteligencia les han dicho a los políticos que están 100% seguros de que su información es exacta.

La decisión de retener esa información se basa en que existe la esperanza de que mientras siga siendo un secreto a voces, todavía hay oportunidades de reducir el riesgo de una guerra en el golfo Pérsico a través de la diplomacia.

El alcance de la urgencia de esta misión se dejó ver en la Asamblea General de Naciones Unidas a finales de septiembre, en donde los franceses encabezaron los esfuerzos por llevar a Estados Unidos y a Irán hacia la negociación.

Reconocer un acto de violencia descarada contra un país soberano exigiría, casi inevitablemente, una reacción violenta de ese país o de sus aliados y acabaría con la diplomacia.

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El volado para Trump y otros líderes es que si se resisten a actuar en represalia a un ataque estratégico contra Arabia Saudita, el gobierno iraní podría verlo como signo de debilidad. Esto podría traer como consecuencia más violencia que, en opinión de muchas fuentes en los servicios diplomáticos y de inteligencia de toda la región, seguramente desencadenaría un conflicto.

Atacar a Irán provocaría una guerra compleja que Occidente y sus aliados sencillamente no podrían ganar… y que fácilmente podrían perder.

Hasta ahora, las operaciones que, según Estados Unidos, Irán ha emprendido contra el comercio marítimo en el golfo Pérsico, la industria petrolera saudí y el derribo de un dron estadounidense no han ocasionado pérdidas humanas.

Sin importar cuánto nieguen los iraníes su involucramiento, parece que han calibrado cuidadosamente sus actos para indicar que hay más peligros por venir… y cuál es el alcance militar iraní.

Imaginen ahora una represalia, tal vez por otro ataque que provoque muertes, aunque fueran accidentales.

A una coalición encabezada por Estados Unidos le convendría calibrar su reacción. Las represalias tendrían que ser dolorosas para los iraníes, pero deberían indicar que lo peor está por venir.

Lee: Una guerra con Irán sería “un colapso total de la economía”, dice príncipe saudí

Entre los blancos evidentes estarían las estructuras de mando y control del Cuerpo de Guardias Revolucionarios de Irán (CGRI), las defensas antiaéreas de todo el país, los almacenes de armas y los centros de comunicación estratégica. Se señalaría a los elementos del programa nuclear iraní, aunque estén prácticamente en almacenamiento.

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Los iraníes lo saben. Quienquiera que planee atacar a Irán sabe que lo saben, así que será difícil encontrar blancos genuinos.

Es muy probable que Irán ya haya estudiado las campañas aéreas internacionales contra el Irak de Sadam Huseín, Yugoslavia, Kosovo y Libia. El CGRI y la Fuerza Al Quds, su ala de élite en el extranjero, habrán enterrado lo más importante en las montañas y habrán montado señuelos.

Irán ha estado aumentando las apuestas constantemente este año, mientras las sanciones económicas que Estados Unidos impuso afectan gravemente a su economía. Están furiosos porque al parecer la Unión Europea y otros no pueden darle la vuelta a las sanciones estadounidenses.

Lee: Irán amenaza con la "guerra total" si sufre alguna acción militar en su contra

En 2018, Estados Unidos se salió del Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC) que se acordó con Irán en 2015, en el que se limita su programa nuclear a cambio del levantamiento de sanciones.

Trump y otros radicales, principalmente Benjamín Netanyahu, de Israel , afirman que el tratado era "pésimo". Además, afirman que Irán ha desperdiciado peligrosamente los beneficios económicos en operaciones de desestabilización, usualmente a través de intermediarios en Siria y Yemen.

También afirman que Irán sigue respaldando a Hamás en Gaza y a Hezbolá en Líbano, al tiempo que desarrollan tecnología balística que han usado con un efecto espectacular.

Ahora, Estados Unidos (y varios de sus aliados, en privado) quiere renegociarlo todo para ponerle fin al programa de misiles de Irán y a sus ambiciones nucleares. Irán afirma que están dispuestos a reanudar negociaciones, pero solo si se levantan las sanciones.

El peligro de declararle la guerra a Irán ahora es lo que ha suscitado la posibilidad de que el horror sea aún peor si se pospone el conflicto.

Recomendamos: ¿Quién está detrás de los ataques a Arabia Saudita? EU señala a Irán

Sin embargo, cualquier ataque contra Irán podría pasar de una muestra de fuerza de Occidente a un conflicto total casi de inmediato.

El alcance militar de Irán

Cientos de miles de milicianos chiitas en Irak consideran que Irán es su hogar espiritual. Hay bases estadounidenses esparcidas por Irak, al lado de campamentos de milicias chiitas. Los soldados endurecidos por la guerra contra ISIS bien podrían ponerse en contra de sus vecinos estadounidenses.

Además, miles de soldados iraníes, así como milicias iraquíes y afganas comandadas por Irán, luchan al lado de las fuerzas de Bachar al Asad en Siria. Las autoridades de los servicios de inteligencia han manifestado que les preocupa que en el momento en el que empiece la guerra con Estados Unidos, envíen a algunos —o a todos—, así como las fuerzas sirias, a tratar de recapturar los Altos del Golán, que están en poder de los israelíes.

Los israelíes creen que Hezbolá tiene al menos 130,000 misiles en el sur de Líbano apuntados hacia ellos. Algunos pueden llegar a Tel Aviv y a otros lugares más al sur que de por sí están bajo amenaza diaria de los misiles de Hamás en Gaza, en donde cuentan con el apoyo de Irán.

Lee: Irán y Venezuela: los temas que pueden cambiar con el despido de Bolton

Israel, el aliado más querido de Estados Unidos en Medio Oriente, podría verse arrastrado inmediatamente a una guerra con sus vecinos. El Estado judío ha señalado frecuentemente que este enfrentamiento sería catastrófico, particularmente para Líbano.

Ahora, cerca de 200,000 descendientes de palestinos que huyeron de su país en las guerras en Israel para expandir el territorio, en 1948 y 1967, viven en Líbano. Se estima que en Jordania la cifra es parecida.

Jordania es un importante aliado de Estados Unidos. También tiene un tratado de paz con Israel. Si hubiera una guerra en su vecindario, la monarquía jordana se podría ver amenazada si los palestinos se alzaran en solidaridad con sus hermanos de Líbano y Gaza.

En la región del golfo Pérsico reina el nerviosismo por la posibilidad de un conflicto con Irán; también preocupa que Irán aumente las apuestas con más ataques contra blancos en el golfo para forzar la reanudación de las negociaciones.

"Esta conversación ya no debería tratarse del PAIC, sino del programa de misiles de Irán y de su proceder en la región, que son igual de importantes, si no es que más. Es posible que tomen de rehén a la región", dijo un alto funcionario de un Estado del golfo a CNN.

Es probable que Irán ya esté en ese punto.

En un conflicto en represalia a lo que ese mismo funcionario llamó "los actos repugnantes" de Irán, el golfo Pérsico es inmediatamente vulnerable a los ataques con cohetes.

Uno o dos golpes —e incluso la insinuación de un golpe— contra el aeropuerto de Dubái harían caer en picada el sector turístico de ese emirato.

Abu Dabi tiene la proporción más grande del petróleo emiratí, pero al igual que Dubái, está dentro del alcance de la artillería convencional iraní, ya no hablemos de sus misiles sofisticados.

Arabia Saudita, Kuwait, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos y Qatar exportan su petróleo y su gas a través del cuello de botella del estrecho de Ormuz. Según Estados Unidos y Reino Unido, Irán ya demostró que puede acabar con los buques cisterna que transitan por este punto, con lo que estrangularían completamente la vía marítima petrolera más importante del mundo con relativa facilidad.

Varios misiles de crucero que, según fuentes de los servicios de inteligencia se fabricaron en Irán, dañaron la industria petrolera saudí al grado de que hubo compras de pánico en el mercado del crudo, lo que hizo subir el precio del petróleo en un 20% durante un lapso breve.

El cierre de Ormuz, más ataques contra Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, así como el incremento breve del precio del petróleo podrían provocar que el precio del crudo suba a 100 o 150 dólares por barril.

Las intenciones de Irán son claras: indicar que pueden poner de rodillas el transporte marítimo en el golfo Pérsico colocando minas en los buques cisterna en operaciones que niega.

Además, no podemos olvidar que hay células de Hezbolá y agentes de inteligencia de Irán en todo el mundo, listos para atacar a un enemigo (estadounidense o israelí) cuando se presente.

Atacar a Irán es muy peligroso por la misma razón por la que los radicales de la administración Trump querían dejar impotente a Irán y retirarse del acuerdo nuclear.

Tal vez dependa de Trump y sus aliados el mostrar cierta sutileza diplomática. Ahora, urgen negociaciones para que Irán no eche abajo la casa.

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