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Hong Kong quería aguarle la fiesta a China... y lo logró

Beijing vivía una fiesta militar por el 70 aniversario de la fundación de la República Popular, mientras la isla se sumía en el caos de las protestas antigubernamentales.
mié 02 octubre 2019 02:23 PM
Robar los refectores
Los manifestantes se esparcieron por toda la ciudad y los actos de un agente de Policía fueron lo que más opacó las celebraciones en Beijing.

HONG KONG (CNN)- No se podía haber pedido un contraste más marcado entre Hong Kong y Beijing.

Mientras miles de actores participaban en un despliegue impresionante y sumamente coordinado en la plaza Tiananmén —mitad ceremonia inaugural olímpica ultrapatriótica, mitad gala de Año Nuevo chino—, Hong Kong se sumía en el caos : incendios, estaciones de metro y edificios gubernamentales vandalizados y manifestantes enfrentándose a la Policía y a los habitantes de varios distritos.

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El presidente de China, Xi Jinping, cautivó al mundo la mañana del martes 1º de octubre con un grandioso desfile militar por la capital para conmemorar el 70 aniversario de la fundación de la República Popular. Sin embargo, para cuando se reanudaron las festividades, por la noche, todos estaban atentos a Hong Kong, que se ha vuelto uno de los peores dolores de cabeza de Xi.

Festejos.
China cautivó al mundo la mañana del martes 1º de octubre con un grandioso desfile militar por la capital para conmemorar el 70 aniversario de la fundación de la República Popular.

Un manifestante herido por la Policía

En días previos al 1º de octubre, todos estaban atentos a si los líderes de China emprenderían una campaña de represión en Hong Kong o si tratarían, de alguna manera, de impedir que la ciudad opacara a la capital con las protestas inevitables.

Lee: Ellos nacieron con la China comunista hace 70 años. Hoy, su país es otro

Al final, le confiaron el control de los disturbios a la atribulada Policía local, que ha soportado la carga de las protestas con poco apoyo del gobierno local.

Pese a que se reportó que unos 6,000 agentes se desplegaron en las calles, no pudieron contener los disturbios. Los manifestantes se esparcieron por toda la ciudad y los actos de un agente de Policía fueron lo que más opacó las celebraciones en Beijing.

Mientras decenas de miles de personas participaban en una marcha no autorizada pero mayormente pacífica en la isla de Hong Kong, las manifestaciones más pequeñas en Kowloon y en los Nuevos Territorios pronto se tornaron violentas. Durante un enfrentamiento en Tsuen Wan, un agente le disparó con su arma de fuego a un manifestante . Es la primera vez que se usa la fuerza letal en 17 semanas de protestas.

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Hay un hombre de 18 años hospitalizado y sigue en estado grave, pero estable. La Policía señaló que el agente disparó su arma porque temía por su integridad y la de un colega, ya que estaban atrapados en el piso y los manifestantes los atacaban con todo.

Esta situación despertó la indignación de los manifestantes en las calles y de muchos de los simpatizantes que se quedaron en sus casas; además, servirá para energizar un movimiento que, aunque no está menguando precisamente, estaba empezando a perder adeptos mientras la Policía intentaba arrestar a tantos manifestantes como podía y a reprimir las manifestaciones.

Tras días de violencia, más de un millón de hongkoneses protestan pacíficamente

Intensificación importante

Es probable que desde hace algunos meses, muchas personas en Hong Kong se pregunten cuándo ocurriría la primera muerte a consecuencia directa de las protestas cada vez más violentas y la inevitable intensificación del descontento o la represión subsiguientes.

En entrevista con CNN, a finales de septiembre, un alto asesor de la líder de Hong Kong, Carrie Lam —quien pidió el anonimato para poder hablar francamente sobre lo que piensa el gobierno—, dijo que era "un milagro" que nadie hubiera muerto. El asesor reflejó el sentir de muchos observadores internacionales y señaló que si esta inestabilidad se presentara en otra jurisdicción, lo más probable es que la Policía ya hubiera usado la fuerza letal.

Recomensamos: China y Estados Unidos, ¿una futura guerra inevitable?

"La Policía se ha mostrado extremadamente mesurada porque les dimos órdenes estrictas de mesurarse", dijo el asesor. "No queremos que haya bajas de importancia".

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Advirtieron que si hubiera una muerte relacionada con las manifestaciones, la situación se intensificaría en ambos bandos; los manifestantes desplegarían más violencia y furia y podrían provocar que el gobierno invocara sus facultades de emergencia, cosa que algunos conservadores han estado pidiendo desde hace varias semanas.

"Ha habido llamados muy serios a la implementación de las facultades de emergencia", dijo el asesor. "Esto todavía es posible si las cosas siguen empeorando… si alguien muere".

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El asesor predijo que entre dichas facultades de emergencia podría haber cosas como leyes en contra de las máscaras, detenciones extendidas y, posiblemente, vigilancia de aplicaciones de mensajería en línea como Telegram.

El asesor manifestó que le preocupa que si el gobierno de Hong Kong declara estado de emergencia, el gobierno chino podría tener una excusa para intervenir. Las leyes que contemplan la declaración del estado de emergencia por parte del gobierno central están estructuradas alrededor de una situación de emergencia.

"Declarar la emergencia despertaría mucha oposición de todas partes, te acercaría más a la intervención de Beijing", dijo el asesor a CNN. "Si nosotros declaramos el estado de emergencia, estaremos a medio camino".

Preocupación respecto a la represión

Aunque parece que a la ciudad no se le ha acabado la suerte —el hombre herido por la Policía está en estado grave, pero no crítico—, el disparo del arma de fuego, aunque parezca que las circunstancias eran apremiantes, marcó una intensificación importante que tal vez exija una reacción.

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El uso de la fuerza letal también volvió a centrar la atención de la prensa internacional en Hong Kong; el interés en las protestas incesantes había estado menguando y la pompa y circunstancia de la ceremonia en Beijing servía de distracción.

Las autoridades encargadas del espectáculo del martes —impactante en cuanto a magnitud y organización— habrán estado furiosas de que una parte de China que usualmente no quiere tener nada que ver con el resto del país opacara su momento y el de su nación.

La inquietud principal en la ciudad sobre el 1º de octubre era que podría ser una razón para que las autoridades emprendieran una campaña de represión; sin embargo, hay quienes afirman que esa oportunidad llegará después de las festividades en Beijing.

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En la frontera con Hong Kong se han visto tropas paramilitares y hace poco llegaron grandes cantidades de refuerzos militares a la guarnición del Ejército Popular de Liberación en Hong Kong. Según esta teoría, una vez que termine el día glorioso, el gobierno chino tendrá más libertad para emprender una campaña de represión en Hong Kong.

Quienes piden que Beijing adopte una postura más firme podrían usar como argumento que Hong Kong manchó las celebraciones de China y que los disturbios están empeorando.

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