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Todos contra Elizabeth Warren: así fue el debate demócrata

La senadora por Massachusetts fue el blanco de los ataques de sus rivales por la candidatura a la presidencia, quienes le reclaman cómo financiará su plan de salud universal.
mié 16 octubre 2019 12:50 PM
Los rivales a vencer
Aunque Joe Biden sigue fuerte en las encuestas, los otros candidatos de la carrera ahora ven en Warren a un adversario real.

Maeve Reston

WESTERVILLE, OHIO- Si alguien dudaba de que Elizabeth Warren es la nueva favorita en la carrera por la candidatura demócrata a la presidencia de Estados Unidos, sus dudas se disiparon la noche del martes cuando se volvió el blanco de los ataques casi todos los presentes en el escenario del debate y esquivó toda clase de ofensivas, ya fuera contra las inclinaciones izquierdistas de sus ideas o contra su incapacidad de responder sí o no a las preguntas relacionadas con los impuestos.

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Fue una bienvenida abrupta para una candidata que ha esquivado valientemente los ataques en debates anteriores. Sin embargo, en el debate que organizaron CNN y el New York Times la noche del martes en el estado decisivo de Ohio, la senadora por Massachusetts estuvo constantemente a la defensiva, defendiendo su argumento central de que los demócratas deben "soñar en grande" y "pelear con todo". Todos los ataques dirigidos a Warren en la Universidad de Otterbein pusieron de relieve el cambio profundo que se ha gestado en la precampaña demócrata desde hace varias semanas: aunque el ex vicepresidente, Joe Biden , sigue fuerte en las encuestas, los otros candidatos de la carrera ahora ven en Warren a un adversario real.

Esta fue una de las pocas veces que Warren ha tenido que enfrentar la avalancha de críticas de sus competidores demócratas y sortear muchos de los comentarios críticos que usualmente van dirigidos a Biden o al senador por Vermont, Bernie Sanders.

Los moderados de la precampaña fueron quienes más atacaron a la nueva favorita. Pete Buttigieg, alcalde de South Bend, Indiana, marcó el tono agresivo desde el principio del debate e intentó apoderarse del carril izquierdo de la carrera demócrata. Al enfrentar a Warren porque se niega a contestar sí o no cuando le preguntan si su plan desembocaría en un aumento de impuestos a la clase media, Buttigieg dijo que sus evasivas encarnan la razón por la que los estadounidenses están hartos de Washington.

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"Es característico de usted tener un plan para todo, menos para esto", le dijo Buttigieg a Warren. "No se ha presentado ningún plan que explique cómo se supone que se va a llenar este agujero de varios billones de dólares en el plan que la senadora Warren está proponiendo".

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Buttigieg tuvo una actuación sólida; argumentó repetidamente que los demócratas no podrán venderles algunas de las ideas más liberales de Warren —específicamente el "Medicare para todos"— al universo de electores a los que el partido debe convencer para llegar a la Casa Blanca.

"No entiendo por qué usted cree que la única manera de brindar una cobertura asequible es eliminar a los planes privados", le dijo Buttigieg a Warren. "Estamos compitiendo para ser presidente el día después de Trump. Nuestro país estará polarizado, más que ahora. Después de todo lo que hemos pasado, después de todo lo que vamos a pasar, este país estará más dividido. ¿Por qué dividir a este país por los servicios de salud si hay una manera mejor de brindarles cobertura a todos?

Warren no retrocedió, pero a veces parecía sorprendida por la fuerza de los ataques, incluso los del normalmente cortés diputado por Texas Beto O'Rourke, quien la acusó de adoptar una filosofía punitiva.

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"Mire, entiendo que esto es difícil, pero creo que como demócratas tendremos éxito cuando soñemos en grande y peleemos con todo, no cuando soñemos modestamente y renunciemos antes de empezar", dijo.

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La senadora por Minnesota, Amy Klobuchar, amplificó varias veces los argumentos de Buttigieg. Klobuchar también recurrió mucho a sus orígenes en el Medio Oeste para argumentar que Warren y Sanders han llevado al partido demasiado a la izquierda. En un intercambio tenso, la senadora por Minnesota dijo que el "Medicare para todos" —propuesta creada por Sanders y respaldada por Warren— era "un sueño guajiro".

"La diferencia entre un plan y un sueño guajiro es que es algo que sí puedes llevar a cabo", dijo Klobuchar.

"Al menos Bernie es honesto y dice cómo va a pagar esto… y que los impuestos van a subir", agregó. "Le debemos al pueblo estadounidense decirles a dónde vamos a mandar la factura".

OPINIÓN: La larga carrera demócrata

En otro momento, Warren estuvo bajo el asedio de la senadora por California, Kamala Harris, quien trató de obligarla a coincidir con su propuesta de que echen a Trump de Twitter. Fue entonces cuando Warren se mostró un poco exasperada.

"Miren, yo no quiero sacar a Donald Trump de Twitter, solo quiero que sacarlo de la Casa Blanca", apuntó.

Biden presume su trayectoria, Sanders agradece los buenos deseos

Aunque el martes por la noche se replegó al segundo plano, Biden argumentó que ha hecho cosas más importantes que cualquiera de los presentes en el escenario y puso como ejemplo la Ley sobre Violencia contra la Mujer.

Aunque no atacó tan agresivamente a Warren, en un punto intentó que se le reconociera que gracias a él se consiguieron los votos para que se aprobara la ley que Warren propuso para la creación de la Dirección de Protección Financiera del Consumidor. "Yo conseguí votos para ese proyecto de ley", dijo Biden, refiriéndose a la ley Dodd-Frank de 2010 con la que se creó la dirección. "Convencí a la gente de votar por ella, así que dejemos eso en claro también", sentenció.

Warren rebatió esa noción y agradeció al entonces jefe de Biden, Barack Obama, y a todas las demás personas que ayudaron a crear la dependencia, aunque se cuidó de no mencionar al ex vicepresidente.

"Estoy profundamente agradecida con el presidente Obama, quien peleó con tesón para asegurarse de que esa dependencia se volviera ley", dijo Warren.

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Biden sonreía y la halagó cortésmente: "Usted hizo un gran trabajo en su cargo".

"Gracias", respondió Warren.

Cuando la conversación giró hacia la edad de los tres candidatos punteros —Biden, Sanders y Warren—, quienes tienen setenta y tantos años, Biden también pretendió hacer ver su edad como una ventaja. Prometió dar a conocer sus expedientes médicos y unas dos décadas de declaraciones de impuestos.

"Miren, una de las razones por las que me estoy postulando es mi edad y mi experiencia", dijo Biden. "Con ella viene la sabiduría. Necesitamos que esta vez asuma la presidencia alguien que desde el primer día pueda ponerse de pie en el escenario mundial, inspirar respeto de los líderes mundiales, desde Putin hasta nuestros aliados, y que sepa exactamente qué hay que hacer para regresar a este país al camino correcto".

Sanders, quien volvió a la contienda por primera vez desde su ataque cardíaco , trató de disipar todas las preocupaciones sobre su energía y declaró que está "sano" y "se siente genial". El precandidato de 78 años también agradeció los buenos deseos que le han transmitido a lo largo de las pasadas dos semanas.

"Permítanme aprovechar este momento para agradecerle a tanta gente de todo el país, incluidos muchos de mis colegas aquí presentes, por su amor, por sus oraciones, por sus buenos deseos", dijo. "Simplemente quiero agradecerles desde el fondo de mi corazón y estoy muy contento de estar de vuelta aquí con ustedes esta noche".

Gabbard se enfrenta a Buttigieg

En vista de que el umbral para llegar al debate siguiente en Georgia es cada vez más alto, algunos de los candidatos zagueros tenían bien claro que tenían que provocar una descarga intensa de energía para su campaña la noche del martes. Sin embargo, la única candidata de ese nivel que llamó la atención fue Tulsi Gabbard, diputada por Hawái.

Gabbard, veterana del Ejército en la guerra en Irak, ha pedido el retiro de las tropas estadounidenses de Siria y discutió con Buttigieg, el otro veterano de guerra entre los presentes, por la participación de Estados Unidos en ese conflicto.

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"Donald Trump tiene las manos manchadas de la sangre de los kurdos, pero pasa lo mismo con muchos de los políticos de ambos partidos en nuestro país que han apoyado la continuación de esta guerra para cambiar el régimen en Siria, que comenzó en 2011, y con muchos de los medios más importantes que han estado defendiendo y vitoreando esta guerra de cambio de régimen".

Buttigieg, quien sirvió en la reserva de la Armada, le dijo a Gabbard que estaba "muy equivocada".

"La carnicería que está ocurriendo en Siria no es consecuencia de la presencia estadounidense, es consecuencia del retiro y la traición de este presidente a los aliados de Estados Unidos y a los valores de Estados Unidos", sentenció Buttigieg.

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Buttigieg señaló que no estaba a favor de ir a Irak y cree que Estados Unidos debería retirarse de Afganistán, aunque agregó que también era posible que "unas cuantas fuerzas de operaciones especiales y de capacidades de inteligencia especializadas son lo único que divide a esa parte de Siria de lo que estamos viendo ahora, que es el comienzo de un genocidio y el resurgimiento de ISIS".

"Cuando me desplegaron, supe que una de las cosas que me mantenía a salvo era que la bandera que llevaba en el hombro representaba a un país que mantenía su palabra", dijo Buttigieg. "Si quitas eso, quitas lo que hace a Estados Unidos lo que es".

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