Además de Díaz-Canel, asistieron los presidentes de Paraguay, Mario Abdo Benítez; y de Uruguay, el entrante Luis Lacalle y el saliente Tabaré Vázquez.
Contrario a los rumores, no estuvo en el acto el expresidente de Bolivia Evo Morales, a quien Fernández ofreció asilo tras lo que él mismo calificó como un golpe de Estado en Bolivia.
Los actos están acompañados de una fiesta musical de cumbia y rock en la plaza de Mayo, sobre la que se erige la Casa Rosada y de la cual, a pedido de Fernández, fueron retiradas 24 horas antes las vallas que limitaban el paso hacia la sede presidencial.
Pese a los llamados de unidad de Fernández, no será fácil superar la llamada 'grieta' que divide a los argentinos .
"Es un día muy triste, retrocedemos a un punto lamentable. Macri habrá hecho algunos errores pero que vuelvan estos monstruos que robaron al país...", dijo a la agencia AFP la abogada penalista Valeria García Morales, de 49 años, quien evitó acercarse al centro este martes.
Una multitud con banderas de apoyo hacía resonar tambores y cantaba en los alrededores del Parlamento y también en la histórica Plaza de Mayo, frente a la casa de Gobierno, donde comenzaba un extenso festival con bandas musicales y se esperan las palabras del nuevo presidente.
Algunos vendedores ofrecían remeras con la cara de la carismática vicepresidenta Fernández de Kirchner, con la leyenda "Volvimos".
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"Yo trabajaba en una empresa de tarjetas de crédito que cerró más de 15 sucursales y nos quedamos todos sin trabajo. Nosotros como pueblo tenemos mucha esperanza puesta en Alberto", dijo a la agencia Reuters Verónica Quintana, una vendedora ambulante de 34 años, en Plaza de Mayo.
Pese a la necesidad de reducir el déficit fiscal, cualquier ajuste de la economía podría afectar la cohesión de la heterogénea alianza de centroizquierda que llevó a Fernández al poder, por lo que se espera un cambio respecto de las políticas de austeridad impulsadas por su predecesor Macri.
Los fuertes sindicatos peronistas reclaman alzas salariales que permitan a los trabajadores recuperar el poder de compra que perdieron en los últimos años por la alta inflación, mientras que las organizaciones de desocupados piden un aumento de los subsidios para los más pobres.
Si la economía no vuelve a crecer, difícilmente Fernández podrá satisfacer todas las demandas.
Con información de Reuters y AFP