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¿Por qué Corea del Norte ya no quiere saber nada de Corea del Sur?

A principios de 2019, Kim Jong Un y Moon Jae-in mantenían una buena relación, pero hacia finales de año se ha enfriado, al igual que las conversaciones Washington-Pyonyang.
vie 27 diciembre 2019 05:28 AM
Kim Jong Un
Moon y Kim se reunieron cuatro veces en los pasados dos años; firmaron tratados, se comprometieron a cooperar y a desmilitarizar partes de la frontera intensamente fortificada que divide a ambos países.

Paula Hancocks

GOSEONG, Corea del Sur- Kim Jong Un, líder de Corea del Norte, se deshacía en halagos para "los compatriotas del sur" a principios de 2019 , cuando hablaba de "la fuerza unida de nuestros compatriotas".

Aunque no es lo más prudente hacer predicciones sobre un país tan aislado y críptico como Corea del Norte, parece probable que esa calidez hacia Corea del Sur faltará en el próximo discurso de Año Nuevo de Kim.

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Es un giro radical, considerando que apenas el año pasado, el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, condujo un auto descapotable con Kim Jong Un por las calles de Pyongyang, habló frente a miles de norcoreanos que aplaudían y vitoreaban y visitaba el monte sagrado Paektu con Kim, con lo que se cumplió "un sueño largamente anhelado", como dijo Moon.

Sin embargo, conforme las pláticas entre Corea del Norte y Estados Unidos se enfriaron, también se enfriaron las relaciones entre ambas Coreas, patrón que se ha repetido a lo largo de los años.

Corea del Norte ha dejado de hablarle e incluso de hacerle caso a su vecino del sur en meses recientes. Como están las cosas, la relación incipiente entre Moon y Kim quedó helada. De acuerdo con Cheong Seong-chang, analista del Instituto Sejong en Seúl, Moon no es lo suficientemente "pro-Norte" para Kim.

Un presidente a favor del acercamiento

Desde que Moon asumió la presidencia, su gobierno ha adoptado una política de acercamiento con Corea del Norte y obligó al presidente de Estados Unidos a unírsele pese a que al principio se mostraba renuente.

Moon y Kim se reunieron cuatro veces en los pasados dos años; firmaron tratados, se comprometieron a cooperar y a desmilitarizar partes de la frontera intensamente fortificada que divide a ambos países.

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Sin embargo, parece que no fue suficiente para Pyongyang.

Cheong, analista del Instituto Sejong, dijo que Corea del Norte cree que si el gobierno de Moon fuera auténticamente pro-Norte, "habría impedido las maniobras militares conjuntas con Estados Unidos como se le pidió y hubiera impedido la importación de aviones de combate indetectables que pueden atacar a Corea del Norte sin ser vistos".

"Entonces, en opinión de Corea del Norte, no son para nada pro-Norte", señaló.

Corea del Norte manifestó continuamente su oposición a los ejercicios militares conjuntos de Estados Unidos y Corea del Norte este año —pese a que algunos redujeron su alcance y otros se cancelaron— y a la decisión del gobierno surcoreano de comprarle a Washington aviones de combate indetectables F-35. El gobierno norcoreano argumenta que estas medidas impiden la campaña por la paz y reaccionó cortando comunicaciones con el Sur y amenazando con sacar al gobierno surcoreano de las negociaciones nucleares con Estados Unidos.

Ningún funcionario de ninguno de los dos países ha confirmado públicamente si se ha usado la línea de comunicación directa entre ambos líderes. Todos suponen que no.

El régimen de Kim también rechazó la ayuda humanitaria que se le ofreció y se negó a reunirse con la Cruz Roja surcoreana este año.

"Para Corea del Norte es muy difícil que la vean cooperando o conciliando con Corea del Sur", dijo un funcionario del gobierno surcoreano.

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'Una puerta a Corea del Norte'

Choi Moon-soon, gobernador de la provincia de Gangwon, en Corea del Sur, dijo a CNN que ambas partes tienen que ganar tiempo y que la clave para ello es simple: reabrir el monte Kumgang, un tranquilo destino turístico que está a tan solo media hora de la zona desmilitarizada.

Kumgang solía ser un proyecto turístico conjunto muy activo. Sin embargo, la belleza dramática de la zona disfraza la agitación política que la rodea.

Los recorridos se suspendieron en 2008, luego de que un soldado norcoreano baleara a una turista surcoreana. El gobierno norcoreano argumentó que la turista había entrado en una zona militar restringida.

Cuando se reunieron en Pyongyang, en septiembre de 2018, Moon y Kim acordaron reabrir Kumgang y un parque industrial conjunto en la ciudad norcoreana de Kaesong . Kim incluso lo anunció a su pueblo, cosa que usualmente hace cuando está seguro de que algo se concretará.

Choi dijo que la montaña es "una puerta a Corea del Norte, la clave de la solución". Choi y el ministro surcoreano para la unificación, Kim Yeon-chul, están negociando para que se reanuden los recorridos turísticos. Ambos afirman que el turismo está exento de las sanciones internacionales que se le impusieron a Corea del Norte en castigo por sus programas de armas nucleares y de misiles balísticos. Sin embargo, invertir en entidades conjuntas que podrían permitirle al gobierno norcoreano recibir ingresos del extranjero está prohibido por el momento.

Choi dijo que cree que Pyongyang está molesto con Seúl y que cree que el presidente Moon no ha cumplido con su parte del trato.

"Hubo seis ocasiones en cumbres, después de los Juegos Olímpicos de invierno en Pyeongchang", dijo Choi. "Cada una de ellas fue espectacular… grandes sonrisas, muchos apretones de manos, muchos abrazos, grandes promesas, y luego nada".

"Están furiosos por eso", dijo.

Kim visitó Kumgang en octubre; criticó el centro vacacional porque le pareció "destartalado y retrógrada". Dijo que había que demoler los edificios que los surcoreanos habían construido.

Las sugerencias del gobierno surcoreano de que ambas partes se reúnan a seguir negociando caen en oídos sordos.

Para los expertos, la visita de Kim tenía como objetivo presionar a Moon para que violara unilateralmente las sanciones, cosa que no ha querido hacer sin el permiso de Estados Unidos.

Donald Trump, presidente de Estados Unidos, no le ha dado a Moon luz verde para reabrir Kumgang. En abril, dijo que "no es el momento correcto" para hacer concesiones económicas con Corea del Norte. A Washington le preocupa que Pyongyang use el dinero del centro vacacional para financiar sus programas nucleares y de misiles y ha promovido un acuerdo en el que Corea del Norte renunciaría a sus armas nucleares y a sus misiles como condición inicial.

Choi le ha pedido a Corea del Norte que le permita llevar una delegación de cientos de inversionistas potenciales al monte Kumgang. Confía en que se lo autoricen, pero no antes de que termine este año, fecha límite que Corea del Norte le impuso a estados Unidos para cambiar su "forma actual de proceder" en las negociaciones nucleares.

Choi se reunió con funcionarios de la administración Trump en Washington para presentar sus argumentos para reabrir Kumgang. Dijo que lo escucharon, pero que en este momento, no están de acuerdo.

El tiempo corre

Tanto a Choi como a los analistas que estudian a Corea del Norte les preocupa que el tiempo sigue corriendo, sin importar si Estados Unidos cree o no que Pyongyang esté tomando en serio el plazo impuesto.

Stephen Biegun, funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos a cargo de las negociaciones con Corea del Norte, dijo que la fecha límite es "artificial".

Biegun estuvo en Corea del Sur el lunes, 16 de diciembre, en un intento por reanudar las negociaciones estancadas ahora que las tensiones entre ambas Coreas y Estados Unidos aumentan.

"Es hora de que hagamos nuestro trabajo. Terminemos con esto. Estamos aquí y saben cómo encontrarnos", dijo Biegun en una conferencia de prensa.

Sin embargo, hay a quienes les preocupa que Corea del Norte haya sido capaz de abrir una brecha entre Moon y la administración Trump, ya que Seúl está más centrado en la reconciliación y Washington en las negociaciones nucleares.

"Creo que aquí se perdió la oportunidad para Estados Unidos, nunca nos comprometimos del todo ni respaldamos el proceso de paz entre ambas Coreas", dijo Adam Mount, investigador en jefe de la Federation of American Scientists con sede en Washington. "Para nosotros habría habido beneficios reales si lo hubiéramos hecho, pero esencialmente lo que pasó es que los norcoreanos dividieron las negociaciones en dos carriles diferentes y de alguna manera hicieron que nos enfrentáramos".

Ahora, a Choi le preocupa que no haya tiempo suficiente para que las negociaciones tengan éxito. Cuando era director de MBC Media, en 2008, ayudó a negociar la visita pionera de la Orquesta Filarmónica de Nueva York a Pyongyang. Tomó dos años negociar ese viaje, explicó.

"En esta etapa… es muy poco tiempo", dijo.

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