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La obsesión de Trump con Obama marca su política exterior

El presidente estadounidense se ha encargado de destruir el legado de su predecesor, incluido el acuerdo nuclear con Irán.
mar 07 enero 2020 02:11 PM
Donald Trump
Si hay un principio integral en el enfoque particular de Trump ante la política exterior, es que tiene que limpiar el tiradero que hicieron los presidentes anteriores. Y la culpa suele caer en Obama.

Michael Warren

WASHINGTON- Mientras el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y sus aliados explican su decisión reciente de emprender un ataque letal contra el líder militar iraní, Qasam Soleimani , un nombre surge una y otra vez: Barack Obama.

En el programa del conductor conservador de radio, Rush Limbaugh, el lunes, 6 de enero, Trump mencionó a su predecesor inmediato cuatro veces en los primeros cinco minutos de los 20 que duró la entrevista.

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El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, también tenía presente a Obama el domingo, 5 de enero, cuando en entrevista con Jake Tapper, de CNN, argumentó que el ataque se justificaba en parte por los actos del presidente anterior.

"El equipo de Obama aplacó a Irán y esto provocó que hubiera milicias chiitas con dinero, Hamás, la PIJ [Yihad Islámica Palestina], cientos de miles de sirios muertos a manos del mismo Soleimani", dijo Pompeo. "Esta fue la situación con la que nos encontramos cuando llegamos".

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Si hay un principio integral en el enfoque particular de Trump ante la política exterior, es que tiene que limpiar el tiradero que hicieron los presidentes anteriores. Y la culpa suele caer en Obama.

En opinión de Trump, había que arreglar la economía por culpa de Obama. El país estaba saturado de inmigrantes ilegales por culpa de Obama. China les estaba comiendo el mandado por culpa de Obama. Estados Unidos se había vuelto la burla del resto del mundo, en gran medida por culpa de Obama.

Trump reaccionó retirándose de dos tratados internacionales importantes: el tratado nuclear con Irán y los acuerdos para el clima de París , mismos que Obama negoció. Ha trabajado en tratados bilaterales en oposición explícita a la Alianza Transpacífico, a la que Obama respaldaba. Además, ha intentado negociar con Corea del Norte , en contraposición directa con la política de "paciencia estratégica de Obama".

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Trump incluso ha amenazado a los aliados a los que Obama se acercó alguna vez; lo más llamativo es que ha criticado duramente a los países de Europa Occidental porque no pagan "lo que les toca" del financiamiento de la alianza de la OTAN , misma que ha amenazado con abandonar en varias ocasiones.

"Su enfoque general es hacer justamente lo contrario de lo que Obama hizo", dijo Jen Psaki, quien fuera directora de Comunicaciones de la Casa Blanca en la presidencia de Obama y hoy colabora con CNN. "Incluso la manera en la que describen su estrategia se contrapone al presidente anterior".

Trump ha estado atacando a Obama desde hace años , incluso desde antes de que se postulara a la máxima magistratura. Sin embargo, lo ha hecho más a menudo en tiempos recientes. En un análisis que llevó a cabo Daniel Dale, de CNN, en noviembre, se muestra que Trump había mencionado a Obama y a la administración Obama por nombre con mayor frecuencia en los pasados 18 meses que lo que lo mencionó en los primeros 18 meses de su presidencia.

"Hasta octubre, Trump había mencionado a Obama por nombre 537 veces en 2019 en general, un promedio de 1.8 veces al día", escribió Dale.

Michael Anton, ex portavoz en jefe del consejo de seguridad nacional de Trump, dijo en entrevista con CNN que las decisiones de Obama son un factor para Trump, pero negó que lo moviera una animosidad por reflejo. Argumentó que Trump piensa en corregir los errores no solo de Obama, sino también de George W. Bush y de presidentes anteriores.

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"Él dice bueno, llegamos a este punto por tales errores en particular, mismos que deberíamos evitar de ahora en adelante para que no sigamos cometiendo esos errores", dijo Anton. "No creo que sea porque quiere deshacer lo que hizo Obama".

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Sin embargo, el 44º presidente de Estados Unidos tiene mucho peso en el diagnóstico que el mismo Trump hace sobre los males que aquejan a la política exterior estadounidense. Obama también se ha vuelto una muleta retórica para Trump cuando defiende sus decisiones.

Anti-Obama en lo que respecta a Irán

Es probable que no haya otro ámbito en el que Trump haya definido políticas de su administración más contrarias a las de Obama que en lo que concierne a Irán. Desde el principio de su campaña por la presidencia, se quejó de que el tratado nuclear con Irán era "el peor acuerdo que se haya negociado". Como presidente, Trump insistió en salirse del tratado pese a las objeciones de su equipo de seguridad nacional. A final de cuentas, declinó volver a certificar el cumplimiento de Irán en octubre de 2017 y se retiró formalmente del tratado en mayo del año siguiente.

Anton dijo que Trump siente "un desagrado visceral" por el régimen iraní, surgido de sus recuerdos de la revolución de 1979 y de la crisis de los rehenes del año siguiente.

"Por la razón que sea, parece que 1979 no dejó la misma huella [en Obama] que en un boomer como Trump", explicó Anton. "Ve llegar a la administración Obama y entregarles todo y eso ofende sus sensibilidades de 1979".

Incluso la advertencia reciente que hizo Trump respecto a los 52 sitios culturales iraníes —"que representan a los 52 rehenes estadounidenses que Irán tomó hace muchos años", según tuiteó — tiene una conexión simbólica con 1979.

Trump abandonó los intentos de la era de Obama por reanudar relaciones con Teherán y prefirió entrar en contacto con los rivales regionales de Irán en Arabia Saudita. También se ha alineado mucho con Israel y con su primer ministro, Benjamín Netanyahu, quien tuvo roces con Obama por Irán, entre otras cosas.

Más que una cuestión política

No es nada del otro mundo que siendo republicano, Trump tenga un proyecto de política exterior profundamente diferente que el de su predecesor demócrata. Sin embargo, la obsesión de Trump con Obama trasciende las diferencias ideológicas de ambos partidos. A veces parece algo personal.

"No se basa en una visión del mundo integral y en un enfoque estratégico en política exterior", dijo Psaki.

En 2008, Obama hizo una campaña intensa en contra de su predecesor republicano y se oponía a todo, desde la guerra en Irak hasta la forma en la que la administración Bush manejó el cambio climático y la crisis financiera. Pero una vez en la presidencia, rara vez invocó el nombre de George W. Bush.

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En casos contados, como cuando desplegó tropas en Afganistán y amplió las exenciones fiscales a la clase media, Obama incluso reorientó sus políticas de forma tal que reafirmaron algunas de las posturas de Bush.

"Hubo cierto reconocimiento de su parte de que tenía que tomar medidas que contradecían lo que dijo en campaña", explicó Psaki.

Por otro lado, parece que Trump no ha reconocido nada por el estilo en su propia presidencia.

"Si él dice 52 blancos, nosotros diremos 300", así responde Irán a Trump

Anton argumenta que el rechazo de Trump al legado en política exterior va más allá de los ocho años que Obama estuvo en la Casa Blanca.

"Hay un esfuerzo más consciente de trascender el consenso en política exterior de las tres décadas anteriores", dijo. "Está yendo en contra del consenso posterior a la Guerra Fría".

Pero para Trump, es consenso posterior a la Guerra Fría a menudo tiene nombre: Barack Obama.

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