Y, sin embargo, el hecho de que dos judíos estén en posiciones destacadas en la carrera de 2020 —16 meses después de que un nacionalista blanco asesinara a 11 fieles en una sinagoga de Pittsburgh— ha sido celebrado silenciosamente entre la comunidad judía, observó el rabino Adam Kligfeld.
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"Es asombroso, impresionante, sorprendente y extraño lo poco que se está hablando de eso", dijo a la AFP Kligfeld, rabino de Temple Beth Am en Los Ángeles.
"Tal vez eso es un buen signo".
Pero los dos candidatos también generan preocupación. Sanders es un autodenominado "socialista democrático", mientras que Bloomberg es un multimillonario acusado de comprar su camino a la carrera presidencial.
Hay poco aprecio entre ellos, como se evidenció en enero cuando Bloomberg criticó a Sanders en una sinagoga en Miami.
"Sé que no soy el único candidato judío que se postula para presidente", dijo el magnate de los medios.
"Pero yo soy el único que no quiere convertir a Estados Unidos en un kibutz", indicó, en referencia a las colonias agrícolas israelíes de producción comunitaria.
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El ascenso de Sanders ha provocado un debate sobre si los valores adoptados por los judíos, como la justicia social, se logran mejor a través de políticas que incluyen la atención médica universal o la defensa inquebrantable de Israel.