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EU decide: el caos del debate, Trump con COVID y los impuestos marcan la semana

El presidente dio positivo al coronavirus dos días después de protagonizar un duelo con Biden que fue calificado como "el peor de la historia", y en la misma semana en que se revelaron sus impuestos.
vie 02 octubre 2020 05:04 AM
Poco presidencial
"Trump trasladó su estilo poco presidencial al escenario esta noche", consideró un analista.

El presidente Donald Trump ha tenido una de las semanas más agitadas de sus tres años y medio al mando de Estados Unidos: el domingo, el New York Times publicó sus declaraciones de impuestos, el martes protagonizó un desastroso debate junto con Joe Biden y para colmo, este viernes ha dado positivo a COVID-19.

Además, su ex jefe de campaña estuvo involucrado en un escándalo de violencia doméstica. Sin embargo, Trump aún puede sonreír por algo: su candidata a la Corte Suprema tiene casi asegurado el puesto gracias a la mayoría republicana en el Senado.

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Con COVID-19

El jueves, una noticia fue creciendo como una bola de nieve. Varios medios de comunicación publicaron por la tarde que Hope Hicks, una de las asesoras más cercanas de Donald Trump, había dado positivo en una prueba de coronavirus.

Fue el propio Trump quien confirmó que su colaboradora se encontraba enferma. "Ella dio positivo", dijo el presidente en entrevista con Fox News.

Hicks estaba a bordo del Air Force One con el presidente cuando viajó a Cleveland, Ohio, el martes para participar del debate contra Joe Biden. También viajó el miércoles con Trump rumbo a Minnesota para un mitin de campaña.

En el enlace, el republicano dijo que él y su esposa Melania se sometieron a la prueba de COVID-19. En su cuenta de Twitter, cerca de las 10:00 pm (hora del Centro de México), Trump dijo que él y la primera dama permanecerían en cuarentena, aunque no especificó por cuanto tiempo.

Cerca de la medianoche, la noticia llegó: el presidente de Estados Unidos, quien subestimó la pandemia, y su esposa habían dado positivo a COVID-19.

Trump se encuentra "bien" y cumplirá sus "funciones sin interrupción", dijo el médico del mandatario en la madrugada del viernes.

Ambos "están bien en este momento y planean mantenerse en su hogar en la Casa Blanca durante su convalecencia", dijo el doctor Sean Conley en un comunicado. "Espero que el presidente continúe cumpliendo sus funciones sin interrupción mientras se recupera", agregó.

Los eventos de campaña en Florida, programados para este viernes, fueron anulados.

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Un debate para el olvido

La confrontación política en Estados Unidos mostró todo su potencial divisivo durante esta semana. El principal indicador de esta división fue el primer debate entre los candidatos a la presidencia, Joe Biden y Donald Trump, que fue noticia gracias a los insultos que ambos intercambiaron, y no por sus propuestas de política pública.

Los analistas en Estados Unidos consideraron que el encuentro del martes en Cleveland, Ohio ha sido uno de los peores debates en la historia de Estados Unidos.

"Fue una broma, un desorden, un desastre. Un 'espectáculo de mierda', un 'incendio de basurero', una humillación nacional. No importa que tan malo piense que un debate puede ser, este fue peor. Mucho peor. Trump gritó, intimidó, acosó, mintió e interrumpió, una y otra vez", escribió Susan B. Galsser, fundadora de la revista Politico, en su columna en The New Yorker.

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Los próximos debates se celebrarán el 15 de octubre en Miami y el 22 de octubre en Nashville.
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"Trump trasladó su estilo poco presidencial al escenario esta noche. Este fue uno de los debates más caóticos y lleno de ataques de la historia" de Estados Unidos, dijo el experto electoral Mitchell S. McKinney, académico de la Universidad de Missouri, en entrevista con la agencia AFP.

En un encuentro en el que Biden y Trump debían contrastar sus puntos de vista sobre la recuperación económica de Estados Unidos, el combate al coronavirus y la violencia racial, los dos candidatos intercambiaron insultos como "títere de la izquierda", para el ex vicepresidente, y "cachorro de Putin", para el político republicano.

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En medio de constantes interrupciones del presidente, que enfurecieron incluso al moderador, Biden replicó: "Es difícil hablar con este payaso, perdón, esta persona".

Los ataques incluso llegaron a la familia de ambos. El presidente empezó acusando a Hunter Biden, el hijo del ex vicepresidente, de hacer negocios corruptos en China y Rusia.

"China se burló de ti, Joe. Y no es de extrañar, tu hijo va y saca miles de millones de dólares", dijo Trump.

Biden dio vuelta el tema, sugiriendo que podría "hablar toda la noche" sobre la familia y la "ética" de Trump. La hija de Trump, Ivanka, trabaja como asesora principal de su padre, y su esposo Jared Kushner es alto consejero de la Casa Blanca.

Después de un debate así, los organizadores están tomando cartas en el asunto y anunciaron el miércoles cambios en el formato, pero no señalaron cuáles serán.

¿Y esos impuestos?

La semana inició agitada para el presidente Trump. El domingo, el diario The New York Times, uno de los medios que el mandatario descalifica como fake news media, informó que había tenido acceso a las declaraciones de las últimas dos décadas de impuestos del presidente de Estados Unidos.

De acuerdo con la información del diario, el presidente pagó solamente 750 dólares en impuestos federales en 2016, cuando ganó las elecciones, y en su primer año en la Casa Blanca desembolsó la misma cantidad de 750 dólares, que es muy pequeña comparada con la fortuna que se cree que ha amasado el magnate en sus negocios inmobiliarios.

El informe indica que el presidente tampoco ha pagado ningún tipo de impuesto por ingresos en 10 de los últimos 15 años debido a que informó al Servicio de Recaudación de Impuestos (IRS, en inglés) de que había perdido mucho del dinero que había ingresado.

El reportaje del New York Times también contradice uno de los pilares de la campaña de Donald Trump: su éxito como hombre de negocios: "sus finanzas están bajo presión, con pérdidas operacionales y cientos de millones de dólares en deudas que deben pagarse y por las cuales él es el garante personal", señala el medio estadounidense.

El presidente negó el informe del Times, que calificó como una “mentira”, y aseguró que había pagado millones de dólares en impuestos, pero que se acogió a las normas de depreciación monetaria y reembolsos fiscales.

Trump ha roto una tradición entre los presidentes de Estados Unidos desde la década de 1970, pues se ha negado a hacer públicas sus declaraciones de impuestos.

El tema persiguió a Trump hasta el día del debate. Chris Wallace, el moderador de la discusión, le pidió que dijera directamente si había pagado más de 750 dólares de impuestos a la renta en esos años, no en otros impuestos, al principio eludió responder y, cuando se lo presionó, dijo que había pagado "millones de dólares", sin dar más detalles.

"Muéstranos tus declaraciones de impuestos", dijo Biden, quien publicó su propia declaración de 2019 horas antes del debate, mostrando que él y su esposa habían pagado casi 300,000 dólares.

"Las verás", respondió Trump, sin decir cuándo.

El presidente aprovechó el tema para lanzar un ataque a su rival, a quien responsabilizó, como senador, de haber aprobado leyes fiscales que permitieron que multimillonarios como él accedieran a importantes beneficios económicos.

Un escándalo de violencia doméstica en la campaña Trump

En otro escándalo para la campaña de Donald Trump, la policía informó este lunes que su ex jefe de campaña, Brad Parscale, tenía 10 armas en su casa en Florida, un día después de que éste fuera hospitalizado tras una llamada de su esposa, que declaró que la había golpeado.

El hombre pegó supuestamente a su esposa, cargó su arma en el medio de una discusión y amenazó con suicidarse, según un reporte de la policía de Fort Lauderdale, a 50 km al norte de Miami.

Parscale fue reemplazado en julio como director de campaña –solo cuatro meses antes de las elecciones presidenciales de noviembre– cuando Donald Trump se hundía en las encuestas. Sin embargo, continuaba trabajando para la reelección del presidente.

La esposa de Parscale dijo que su esposo estaba "armado y tenía acceso a múltiples armas de fuego dentro de la residencia y amenazaba con hacerse daño", según la cadena CNN.

Parscale se entregó a los oficiales en virtud de una ley de Florida que permite detener temporalmente a alguien afectado por una enfermedad mental.

Parscale fue destituido poco después de un mitin de campaña de Trump en Tulsa, Oklahoma, muy criticado por la escasa asistencia y por un discurso incoherente del presidente, pero siguió formando parte del equipo de campaña.

"Brad Parscale es un miembro de nuestra familia y todos le queremos. Estamos dispuestos a apoyarle a él ya su familia de cualquier manera posible", dijo el director de comunicaciones de la campaña de Trump, Tim Murtaugh, al periódico South Florida Sun Sentinel.

Una muy buena para Trump

Tal como lo había anunciado, Trump anunció a su nominada para ocupar el asiento de Ruth Bader Ginsburg en la Corte Suprema el sábado 26 de septiembre por la tarde. La elegida fue la jueza de apelaciones Amy Coney Barrett, quien no podría tener un perfil más distinto al de Ginsburg.

Católica practicante y madre de siete hijos, incluidos dos adoptados de Haití y un pequeño con síndrome de Down, Barrett se opone al aborto, uno de los temas claves dentro de la polarización cultural que domina la actualidad de Estados Unidos.

Barrett se reunió con senadores republicanos para preparar su voto de confirmación que el partido espera realizar antes de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.

La jueza de 48 años, se reunió con el jefe de la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnell, con Lindsey Graham, que presidirá la audiencia de confirmación en el comité de asuntos judiciales de la cámara, y con otros senadores republicanos.

La mayoría de los senadores demócratas, incluido el jefe de la minoría Chuck Schummer, rechazaron reunirse con la jueza, pues consideran que el proceso es ilegítimo. Solo la senadora Cory Cook, que integra el comité de asuntos judiciales, dijo que lo haría.

"Una de las cosas que quiero preguntarle es si se recusará en cualquier tema electoral que se nos presente", dijo Booker. "Si no se recusa, temo que la Corte quede más deslegitimada", añadió.

La audiencia en el comité está programada para el 12 de octubre y el voto del plenario para antes de la batalla electoral entre Trump y Biden. Salvo una enorme sorpresa, los republicanos, que cuentan con 53 de los 100 escaños de la Cámara, confirmarán a Barrett para este cargo vitalicio.

Con información de AFP

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