La recaudación será destinada en un 20% a insumos médicos para atender la emergencia sanitaria por la pandemia, otro 20% será para pymes, 15% para programas para desarrollos sociales, 20% para becas estudiantiles y 25% irá a programas de desarrollo de gas natural.
El oficialismo contó con el respaldo testimonial de una comitiva de funcionarios que asistió al Congreso, entre ellos los ministros Martín Guzmán, de Economía; Matías Kulfas, de Desarrollo Productivo, y Daniel Arroyo, de Desarrollo Social.
El debate fue acompañado desde la calle con caravanas de manifestantes que apoyaron la iniciativa oficialista.
El sector liberal, crítico del proyecto, objeta que el aporte socavará inversiones privadas, aunque grava a las personas físicas y no a empresas. La oposición también criticó que el gravamen incluye capital de trabajo y bienes de cambio.
"Este es un pésimo impuesto porque va a alejar todo atisbo de inversión en la Argentina", sostuvo el opositor Javier Campos.
"Falso de toda falsedad", le respondió el diputado Carlos Heller. "Con este impuesto estarían alcanzadas menos 10,000 personas, el 0.8% del total de los contribuyentes. El 42% tienen activos dolarizados, de los cuales el 92% están radicados en el exterior. Está claro que este aporte está lejos de gravar la actividad productiva".