El domingo en la mañana, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, comunicó su "profunda preocupación" por la escalada de la violencia en Cali.
"Es esencial que todas las personas que presuntamente causaron lesiones o muerte, incluidos funcionarios del Estado, estén sujetas a investigaciones rápidas, efectivas, independientes, imparciales y transparentes, y que los responsables respondan ante la ley", pidió Bachelet.
Marchas blancas
A pesar del gran apoyo popular que han recabado las protestas, una parte de la población está poniéndose en contra precisamente por los cortes de carreteras y las marchas cotidianas.
Usualmente las protestas desembocan en el cierre del comercio por temores a saqueos, así como la interrupción del sistema público de transporte que obliga a los trabajadores a caminar horas para llegar a sus lugares de trabajo o a sus hogares.
En Bogotá, Medellín y otras ciudades, miles se movilizaron este domingo vestidos de blanco y con pancartas que pedían "paz" y "no más bloqueos". También llevaban camisetas con leyendas como "yo protejo mi país" y varios tuvieron altercados con quienes apoyan el movimiento de protesta.
"Nos están secuestrando las ciudades, nos están parando la economía", dijo a la agencia Reuters Patricia González, de 45 años mientras caminaba.