Precisamente en Texas, el 12 de enero, hizo su última visita oficial para hablar de inmigración.
"La frontera nunca ha estado así", lamentó Trump, quien presumió de haber dejado en su mandato "la mejor frontera que ha habido nunca" en una mesa redonda de la que hicieron parte ex funcionarios de su gestión y dirigente locales liderados por Abbott.
El ex presidente también visitó una sección del muro que separa Estados Unidos de México, cuya construcción ya fue oficialmente cancelada por el gobierno de Biden. Trump se quejó de las acciones demócratas contra esta obra.
"¡Construye el muro!", se escuchaba frecuentemente en sus actos de campaña antes de su elección en 2016.
Durante sus cuatro años como presidente, se completaron aproximadamente 600 kilómetros, aunque la mayoría de estos tramos fueron mejoras en las vallas ya existentes.
El líder republicano defendió además el "gran trabajo" que hizo su gobierno logrando reducir la inmigración "hasta un punto en el que la gente simplemente no entraba, a menos que lo hiciera legalmente".
Y criticó que ahora hay "una frontera abierta realmente peligrosa, más peligrosa que nunca en la historia de nuestro país".
Antes de su viaje, Trump defendió en un comunicado que durante su gobierno (2017-2021) se practicó "la política fronteriza más exitosa de la historia de Estados Unidos" y tildó la estrategia de Biden como la "menos exitosa".
"La gente está entrando por millones. Están destruyendo nuestro país", advirtió Trump, quien por otro lado se refirió al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, como un "gran tipo".
Según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, en mayo pasado 180,034 inmigrantes indocumentados fueron detenidos en la frontera con México frente a los 178,622 de abril y los 173,348 de marzo, dos meses que en su momento ya marcaron máximos históricos.
Con información de AFP y EFE