Publicidad

Síguenos en nuestras redes sociales:

Publicidad

Los talibanes luchan por controlar la última provincia rebelde en Afganistán

El valle de Panjshir, en el norte afgano, es el último bastión de la resistencia contra los islamitas, por lo que se ha convertido en el primer objetivo de los ataques de la milicia.
vie 03 septiembre 2021 05:26 PM
Fuerzas talibanas patrullan en frente del aeropuerto de Kabul.
Los talibanes prometieron que su gobierno será “inclusivo” representando a todos las etnias y tribus del país.

Los afganos y la comunidad internacional seguían esperando este viernes la composición del nuevo gobierno dirigido por los talibanes, cuya reconquista relámpago del país sigue enfrentándose a un foco de resistencia en el valle de Panjshir.

La agencia Reuters, citando a tres fuentes afganas, informó este viernes que la milicia islamista tomó el control de esta provincia en el norte de Afganistán.

Publicidad

"Por la gracia de Alá Todopoderoso, tenemos el control de todo Afganistán. Panjshir está ahora bajo nuestro mando", dijo un comandante talibán en un reporte que no pudo ser confirmado de inmediato.

A última hora del viernes se escucharon disparos de celebración en Kabul cuando se propagó el rumor de que el valle había caído, pero los talibanes no hicieron ninguna declaración oficial y un residente de la zona afirmó a la agencia AFP por teléfono que los rumores eran falsos.

El ex vicepresidente Amrullah Saleh, uno de los líderes de las fuerzas de la oposición, dijo a la cadena de televisión Tolo News que las informaciones de que había huido del país eran mentira.

Los talibanes adoptan una constitución monárquica temporalmente

Los talibanes han intensificado su ofensiva contra esta Panjshir, que al igual que en el régimen de 1996 a 2001, fue el gran bastión de resistencia ante el dominio de los islamistas.

Con desfile de vehículos militares estadounidenses los talibanes celebran

Cuentas de Twitter protalibanes difundieron videos en los que se afirmaba que los combatientes del nuevo régimen habían retomado tanques y otros equipos militares pesados.

Ali Maisam Nazary, un portavoz de la resistencia, dijo el viernes que sufrieron nuevos ataques de las fuerzas talibanes durante la noche.

"Los talibanes perdieron a cientos de combatientes, dejaron cadáveres en las montañas y se retiraron de algunas áreas", aseguró hoy a la agencia EFE una fuente del Frente Nacional de Resistencia (NRF) de Panjshir, formado por guerrillas locales y tropas del gobierno afgano derrocado que se refugiaron en la región durante su retirada.

Publicidad

En un video publicado en Twitter por un periodista de la BBC World que dijo que había sido enviado por Saleh, éste dijo: "No hay duda de que estamos en una situación difícil. Estamos bajo la invasión de los talibanes (...) Pero hemos resistido".

Varias fuentes del FNR aseguraron que la mayoría de los ataques de los talibanes fueron rechazados, incapaces por ahora de adentrarse en Panjshir, la única de las 34 provincias afganas que aún no ha caído en manos de los islamistas, una ofensiva que culminó el pasado 15 de agosto con la toma incruenta de Kabul.

Los islamistas, sin embargo, aseguran que la operación para tomar el control de Panjshir sigue su curso, y que solo en un par de zonas de la provincia mataron al menos a 31 soldados "enemigos", explicó a EFE el portavoz talibán Bilal Karimi.

"El enemigo está rodeado en Panjshir, la situación no está a (su) favor", agregó.

Otra fuente de los talibanes, que pidió el anonimato, detalló a la agencia española que han solicitado el apoyo de miles de combatientes que se encuentran en varias provincias cercanas para atacar Panjshir, y hasta ahora han "capturado decenas de puestos de control enemigos".

Las fuerzas en Panjshir están dirigidas por el ex vicepresidente afgano Amrullah Saleh, autoproclamado nuevo presidente de Afganistán tras la huida del país durante la toma de Kabul del ex mandatario, Ashraf Ghani, y Ahmad Massoud, hijo del difunto comandante afgano Ahmad Shah Massoud, "el león del Panjshir", una leyenda por haber hecho frente a los soviéticos y a los talibanes.

Publicidad

Saleh, en una serie de mensajes en Twitter, denunció que los talibanes "han bloqueado el acceso de ayuda humanitaria a Panjshir", han utilizado a jóvenes de la provincia para caminar sobre campos minados y han cortado la electricidad o las líneas telefónicas.

"Los talibanes están cometiendo crímenes de guerra y no respetan el derecho internacional humanitario. Hacemos un llamado a los líderes mundiales y de la ONU para que tomen nota de este claro comportamiento criminal y terrorista de los talibanes", sentenció.

Habitantes de Panjshir aseguraron a EFE que los talibanes les están pidiendo acudir a la primera línea del frente para recoger los cadáveres de sus combatientes.

Un nuevo gobierno en Afganistán

Mientras continúan los combates por la conquista del último reducto antitalibán del país, los islamistas se preparan para anunciar su nuevo Gobierno, aunque "hasta ahora no se ha decidido una fecha exacta", reveló a EFE el portavoz talibán Karimi.

El portavoz sí reconoció sin embargo que las consultas entre las filas de los talibanes y políticos afganos sobre la formación del nuevo sistema islámico que regirá Afganistán han concluido, un proceso que se aceleró después de la salida definitiva de las tropas estadounidenses del país antes de la medianoche del 31 de agosto.

Los talibanes tomaron Kabul el 15 de agosto tras un rápido avance por todo Afganistán.

Más temprano el viernes, fuentes talibanas dijeron que el mulá Abdul Ghani Baradar, cofundador del grupo, dirigirá un nuevo gobierno afgano que se anunciará en breve.

La prioridad más inmediata del nuevo gobierno debe ser evitar el colapso de una economía que se enfrenta a la sequía y a los estragos de un conflicto en el que se calcula que han muerto 240,000 afganos.

Baradar, que dirige la oficina política de los talibanes, estará acompañado por el mulá Mohammad Yaqoob, hijo del difunto fundador del grupo, el mulá Omar, y por Sher Mohammad Abbas Stanekzai, en puestos de responsabilidad en el Gobierno, según tres fuentes.

"Todos los principales líderes han llegado a Kabul, donde se están ultimando los preparativos para anunciar el nuevo gobierno", dijo un agente talibán a Reuters, bajo condición de anonimato.

Haibatullah Akhunzada, el líder religioso supremo talibán, se centrará en los asuntos religiosos y en la gobernanza dentro del marco del Islam, dijo otra fuente del grupo.

Los islamistas prometieron que su gobierno será “inclusivo” representando a todos las etnias y tribus del país.

Sin embargo una fuente cercana al movimiento militante dijo que el gobierno interino que se está formando ahora estaría formado únicamente por miembros del grupo y añadió que estaría compuesto por 25 ministerios, con un consejo consultivo, o shura, de 12 eruditos musulmanes.

También se está planificando una loya jirga, o gran asamblea, que reunirá a ancianos y representantes de toda la sociedad afgana para debatir una constitución y la estructura del futuro gobierno, destacó la fuente.

No sin las mujeres afganas

Ese gobierno no parece que vaya a contar con mujeres entre sus puestos de mando, algo contra lo que protestaron hoy por segundo día consecutivo decenas de mujeres, que reclaman sus derechos y participar en el nuevo Ejecutivo.

Una de las organizadoras de la manifestación hoy en Kabul, Samira Khairkhwa, explicó a EFE que en la protesta participaron mujeres de todos los ámbitos de la sociedad afgana, que reclaman "una participación significativa en la vida pública" del país.

Muchas mujeres recuerdan aún el anterior régimen talibán, en el que fueron recluidas en el interior de los hogares y se les prohibía ir a trabajar o a la escuela, algo que algunas temen que pueda repetirse ahora.

El respeto de los islamistas a los derechos de las mujeres será sin embargo uno de los puntos clave para que los organismos internacionales decidan retomar el flujo de fondos de ayuda a Afganistán, que suponen alrededor del 43% del producto interior bruto del país, según el Banco Mundial.

En el caso de las mujeres, los líderes fundamentalistas han pedido esperar para ver cuáles serás las nuevas directrices, y han dicho que, mientras tanto, a las funcionarias se le pagará a domicilio.

"Todos los afganos, incluidas las mujeres, gozarán de sus derechos en el futuro gobierno, pero el nivel de participación de las mujeres en la política es algo que se decidirá y quedará claro una vez que se forme el nuevo gobierno", dijo un portavoz talibán.

La manifestación recibió un amplio eco en las redes sociales, con organizaciones humanitarias como Amnistía Internacional destacando cómo "los derechos de las mujeres están amenazados en Afganistán, (y) éstas se niegan a permanecer en silencio".

Primeros acercamientos

Por ahora, Emiratos Árabes Unidos, Qatar o China parecen haber mostrado interés en contribuir a la reconstrucción del país con los islamistas en el poder, con la llegada por ejemplo hoy de un avión emiratí con suministros médicos y comida.

Además, Qatar espera que se pueda abrir un corredor humanitario en el aeropuerto de Kabul “en las próximas 24 o 48 horas”, según aseguró hoy su enviado especial en Afganistán, Mutlaq al al Qahtani.

China confirmó la información de un portavoz talibán, según el cual el Ministerio de Asuntos Exteriores chino se comprometió a mantener abierta su embajada en Kabul y a mejorar sus relaciones.

"Esperamos que los talibanes establezcan una estructura política inclusiva y abierta, lleven a cabo una política interior y exterior moderada y estable y rompan con todos los grupos terroristas", indicó el portavoz de la cancillería china, Wang Wenbin.

China confirmó la información de un portavoz talibán, según el cual el Ministerio de Asuntos Exteriores chino se comprometió a mantener abierta su embajada en Kabul y a mejorar sus relaciones.

"Esperamos que los talibanes establezcan una estructura política inclusiva y abierta, lleven a cabo una política interior y exterior moderada y estable y rompan con todos los grupos terroristas", indicó el portavoz de la cancillería china, Wang Wenbin.

El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, anunció el viernes que viajará la próxima semana a Catar y Alemania para conversaciones sobre la crisis afgana.

Blinken viajará luego a Alemania para organizar, junto con su homólogo alemán Heiko Maas, una reunión ministerial virtual de 20 naciones sobre Afganistán.

Por su parte, los países de la Unión Europea (UE) decidieron coordinarse para mantener una presencia en Kabul, con el fin de facilitar las evacuaciones de quienes deseen salir del país, siempre y cuando las condiciones de seguridad lo permitan.

La ONU anunció la reanudación de sus vuelos humanitarios desde Pakistán hacia algunas ciudades del país.

Asimismo, las empresas Western Union y Moneygram reactivaron sus servicios de giro de dinero al país, de los que dependen muchos afganos receptores de remesas de familiares emigrantes.

Al borde de una crisis humanitaria

Los grupos humanitarios han advertido de una catástrofe inminente y la economía, dependiente durante años de muchos millones de dólares de ayuda extranjera, está a punto de colapsar.

Muchos afganos tenían problemas para alimentar a sus familias en medio de una grave sequía mucho antes de que los talibanes tomaran el poder, y ahora millones de personas podrían sufrir de inanición, según las agencias de ayuda.

La ONU advirtió que hay 18 millones de personas a las puertas de un desastre humanitario y que esta cifra podría duplicarse muy rápidamente.

"Desde el 15 de agosto, hemos visto cómo se acelera y magnifica la crisis, con el inminente colapso económico que se avecina para este país", dijo a Reuters desde Kabul Mary-Ellen McGroarty, directora del Programa Mundial de Alimentos en Afganistán.

Los talibanes aplicaron una forma radical de sharia, o ley islámica, cuando gobernaron de 1996 a 2001. Pero esta vez, el movimiento ha intentado presentar una cara más moderada al mundo, prometiendo proteger los derechos humanos y abstenerse de tomar represalias contra antiguos enemigos.

La atención se centra ahora en si los talibanes pueden formar un gobierno capaz de manejar una economía destruida por la guerra y honrar sus promesas de un gobierno "inclusivo".

Estados Unidos, la Unión Europea y otros países han puesto en duda estas garantías, afirmando que el reconocimiento formal del nuevo gobierno, y el consiguiente flujo de ayuda económica, está supeditado a la adopción de medidas.

Los talibanes han prometido que los extranjeros y afganos que no pudieron viajar en el puente aéreo que finalizó con la retirada de las tropas estadounidenses antes de la fecha límite del 31 de agosto podrán salir del país. Pero, con el aeropuerto de Kabul todavía cerrado, muchos intentaban huir por tierra.

Miles de afganos también esperan en "centros de tránsito" en terceros países.

Con información de AFP, EFE y Reuters

Newsletter

Únete a nuestra comunidad. Te mandaremos una selección de nuestras historias.

Publicidad

Publicidad