El número de muertes de uniformados se mantiene en 18 y la cifra de policías heridos ascendió a 740.
El mayor país de Asia central ha sido escenario de una revuelta que estalló el domingo en las provincias, tras una subida del precio del gas, y se extendió a otras ciudades, y sobre todo a Almaty, la capital económica, donde las manifestaciones se convirtieron en violentos y caóticos disturbios.
La mayoría de los vuelos con destino en el país fueron cancelados y las agencias de prensa rusas informaron, citando a funcionarios kazajos, que el aeropuerto de Almaty solo estará operativo para vuelos militares hasta el domingo.
Entre cristales rotos y calles jalonadas por montañas de basura, las pequeñas tiendas de alimentación reabrieron, pero muchas presentaban estantes vacíos y era difícil encontrar productos básicos como el pan.
Algunas gasolineras abrieron, lo que dio lugar a largas filas de vehículos.
La influencia de Rusia
Moscú dijo que más de 70 aviones estaban transportando tropas rusas a Kazajistán, y que éstas estaban ayudando a controlar el principal aeropuerto de Almaty, reconquistado el jueves a los manifestantes.
En este sentido, Tokayev dio las gracias al presidente ruso, Vladimir Putin, quien "respondió muy rápidamente" a su pedido de ayuda.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, declaró a las agencias rusas que Putin había hablado varias veces con Tokayev en los últimos días sobre "la situación en Afganistán y las acciones conjuntas dentro del marco de la CSTO", la Organización del Tratado de la Seguridad Colectiva, liderada por Rusia.
Mukhtar Ablyazov, ex banquero y exministro exiliado que se ha convertido en opositor al gobierno, dijo que Occidente debe contrarrestar el movimiento de Rusia.
"Si no, Kazajistán se convertirá en Bielorrusia y (el presidente ruso Vladimir) Putin impondrá metódicamente su programa: la recreación de una estructura como la de la Unión Soviética", dijo Ablyazov a Reuters desde París.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente francés, Emmanuel Macron, pidieron por su parte el "fin de la violencia" y "moderación".
En cambio, el presidente chino, Xi Jinping, aplaudió las "medidas fuertes" tomadas por el gobierno kazajo contra los manifestantes.
Con información de AFP, EFE y Reuters