Estas "poderosas"`medidas punitivas ejercerán "presión sobre sus instituciones financieras más grandes e importantes y sobre industrias clave", precisó el presidente estadounidense. También reafirmó que el controvertido gasoducto Nord Stream 2 entre Rusia y Alemania nunca entraría en funcionamiento en caso de un ataque ruso.
Biden también adelantó que está "listo para responder" a cualquier "ataque asimétrico" contra Estados Unidos o sus aliados de la OTAN, incluyendo en particular ataques cibernéticos.
Pero el presidente, que habló directamente con Putin el sábado, puntualizó que había "formas reales" de abordar las preocupaciones de seguridad de ambas partes.
"Hay que darle todas las oportunidades a la diplomacia", dijo.
"Diálogo pragmático”
Por su parte, Lavrov llamó a su homólogo Blinken a un "diálogo pragmático" al tiempo que denunció la "retórica agresiva utilizada por Washington”.
Moscú, que niega querer invadir Ucrania, deplora el rechazo de los países occidentales a sus principales demandas: el fin de la política de ampliación de la Alianza, el compromiso de no desplegar ofensivas armamentísticas cerca del territorio ruso y la retirada de la infraestructura de la OTAN de Europa del Este.
Para Putin, estas cuestiones y sus exigencias deben ser parte del mismo "paquete" de negociaciones.
Un ataque informático dirigido a obras de infraestructura estratégica ucraniana para perturbar a las autoridades es uno de los escenarios mencionados como presagio de una ofensiva militar clásica.
Al mismo tiempo, el Parlamento ruso pidió al presidente Putin que reconozca la independencia de los territorios disidentes en el este de Ucrania.
"Este reconocimiento sería una clara violación de los acuerdos de Minsk", firmados bajo la mediación franco-alemana y que prevén la eventual devolución de estos territorios al control de Kiev, advirtió de inmediato el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell.