La historia, que tiene sus toques bíblicos, comenzó cuando el ministro de Salud, Nitzan Horowitz, anunció que durante el Pésaj de este año se permitirá el ingreso a los hospitales públicos con "jametz", como se llama a los alimentos prohibidos durante toda la semana que dura la Pascua judía.
Idit Silman: la primera fractura
Poco después de conocerse las declaraciones del ministro estalló la bomba: Idit Silman, una parlamentaria del partido de derecha Yamina, al que pertenece Bennett, dejó el bloque oficialista en protesta por la afrenta religiosa.
Silman era hasta ese momento la "whip" de esa bancada en la Knesset, el parlamento unicameral israelí, es decir, la persona encargada de mantener la disciplina del bloque al momento de votar proyectos de ley.
"El pueblo de Israel tiene ciertos valores por los que han muerto generaciones enteras, y nosotros en el gobierno actual no seremos parte de su disolución", afirmó Silman, quien recordó que incluso durante el Holocausto los judíos europeos buscaban la forma de respetar las normas de Pésaj.
La parlamentaria viene del nacionalismo religioso y es judía ortodoxa pero no ultra-ortodoxa: representa a miles de mujeres que se visten con modestia y comen solamente kosher pero son muy activas en la política y los negocios.
Silman es, justamente, símbolo de uno de los principales dilemas de Israel, el tenso equilibrio entre la religión estricta y los más modernos avances tecnológicos, que en este país encontraron una frágil forma de convivir.