"Por fin, gracias Dios mío. Yo sé que va a ser un buen presidente y nos va a ayudar a los menos favorecidos, esto va a cambiar para bien", dijo Alejandro Forero, un discapacitado y desempleado de 40 años, mientras lloraba en su silla de ruedas en un coliseo de Bogotá en donde se reunieron los seguidores de Petro.
El presidente electo se comprometió en campaña a iniciar una negociación de paz con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), a implementar el acuerdo de paz de 2016 con la desmovilizada guerrilla de las FARC, incluidas las disidencias que regresaron a la lucha armada, y a buscar el sometimiento de las bandas criminales implicadas en el narcotráfico.
El país aún está inmerso en un conflicto interno de casi seis décadas que ha dejado 260,000 muertos, pese al acuerdo de paz que permitió que 13,000 integrantes de las FARC dejaran las armas, se reintegrarán a la vida civil y formarán un partido político.
No obstante, Petro deberá buscar alianzas en el Congreso para impulsar las reformas económicas y sociales con las que se comprometió, debido a que no cuenta con una mayoría pese la buena votación que logró la izquierda en los comicios legislativos de marzo.
"Hoy voté por mi hija, hace dos semanas le celebré sus 15 años y me pidió solo un regalo, que votara por Petro, ya que ella no podía. Nunca voto, pero es el regalo para la mujer que me da fuerzas para levantarme todos los días a luchar", dijo a Reuters Pedro Vargas, un guardia de seguridad de 48 años.
"Ojalá este hombre le cumpla las expectativas a mi hijita, que tiene mucha fe en sus promesas", agregó Vargas, quien votó en un centro electoral del occidente de Bogotá.