¿Apruebo o rechazo? Chile hoy decide el destino de su nueva constitución
Con largas filas, pero un ambiente tranquilo en las calles de Santiago, los votantes acuden para decidir si abandonan la carta magna vigente desde la dictadura de Augusto Pinochet.
Con largas filas bajo el sol, los ciudadanos chilenos han salido para votar sobre el destino del proyecto de constitución, que fue la salida política que el país encontró para poder salir de la crisis política de octubre de 2019.
Este plebiscito de carácter obligatorio es el fin de un proceso que empezó hace casi tres años, con un acuerdo político transversal para redactar una constitución que sustituyera a la de 1980, escrita durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
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No es la primera vez que Chile vive una elección histórica un 4 de septiembre. En 1952, fue la primera que las mujeres chilenas pudieron ejercer el voto. 18 años después, en 1970, el socialista Salvador Allende ganó las elecciones presidenciales.
En Santiago, la capital de Chile, los centros de votación tienen grandes filas desde la apertura, a las 8:00 horas. Las casillas de votación permanecerán abiertas hasta las 18:00 locales (17:00, tiempo de Ciudad de México).
A pie, en metro, en bicicleta o en autobús, las personas llegaron a los puestos, que cambiaron en esta elección para poder estar más cerca de los domicilios de los electores, de acuerdo con el Servicio Electoral de Chile. La plataforma de transporte privado Uber también ofreció un 50% a quien usará el servicio para acudir a votar.
“Mansa fila”, dice un hombre al llegar a su centro de votación, en el Liceo de Aplicación, una escuela en Santiago Centro, donde las filas eran de más de una cuadra desde las 10:05 horas. Sin embargo, el proceso es en su mayoría rápido.
En la Escuela Básica República de Ecuador, sobre la avenida Bernardo O’Higgings o la Alameda, la principal vía de Santiago, también las filas son de más de 100 personas, a pesar de las temperaturas de hasta 26 grados que se sienten en la región.
“El proceso ha sido super amigable, hay una persona aquí que te indica dónde está tu mesa y la fila que tienes que hacer, esto tarda unos 5 minutos, y para acudir a la mesa en el colegio y emitir el voto, duraba como tres minutos”, cuenta Gonzalo, de 51 años, a la salida del centro de votación.
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Aunque durante la campaña, principalmente en la última semana, se vivió un ambiente de fuerte polarización, hoy la elección se vive con tranquilidad. Los votantes acuden en familia o con amigos; con niños pequeños, bebés en carreolas o incluso con sus perros.
“Me siento muy alegre de lo que pasa. Hoy en la mañana escuchaba a un par de presidentes que hablaban de un clima crispado, beligerante incluso, pero esto no es así”, indica Gonzalo, quien hace referencia a las declaraciones de los expresidentes Ricardo Lagos y Eduardo Frei, quienes han mostrado su preocupación sobre el proceso constitucional.
El nuevo texto, de 178 páginas y elaborado durante un año por una Convención Constitucional, consagra un "Estado social de derechos", en respuesta a reclamos expresados en las masivas manifestaciones sociales de octubre de 2019.
El proyecto consagra la plurinacionalidad indígena y establece un nuevo catálogo de derechos sociales en salud, aborto, educación y pensiones, con un marcado énfasis medioambiental y de protección de nuevos derechos, aunque mantiene la economía de mercado.
“Fue super significativo el hecho de que se haya, por fin, escuchado la voz del pueblo, que se haya llegado a algo después de varias manifestaciones”, dice Paula, de 31 años, después de emitir su voto.
La opción del "Rechazo" a la nueva Constitución lidera todas las encuestas desde hace más de un mes, pero la campaña del "Apruebo" movilizó multitudes sobre todo en Santiago, alimentando la ilusión de un triunfo.
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Los actos de cierre de campaña el jueves en la capital de este país de casi 20 millones de habitantes, dieron dos fotos muy diferentes que contrastan con los pronósticos.
La fiesta callejera del "Apruebo" convocó entre 250,000 y 500,000 personas, según los organizadores, mientras el acto de cierre del "Rechazo" consistió en un evento de no más de 400 personas en un anfiteatro de Santiago.
El presidente de Chile, Gabriel Boric, aseguró que cualquiera sea el resultado del plebiscito convocará a la "unidad nacional" en un ejercicio con "más democracia" para superar fracturas sociales, señaló al votar entre aplausos en su ciudad natal de Punta Arenas, extremo austral de Chile.
La expresidenta Michelle Bachelet, muy popular en este país, dijo que de ganar la opción Rechazo como anticipan los sondeos, "las demandas de los chilenos no van a quedar satisfechas" y se debería convocar a un nuevo proceso. La exmandataria votó en Ginebra, Suiza, donde acaba de dejar su cargo como alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Por primera vez en más de una década, la concurrencia a las urnas es obligatoria so pena de una multa máxima de 180,000 pesos (casi 4,000 pesos mexicanos). Eso, junto con la participación de los jóvenes, podría inclinar la balanza entre los más de 15 millones de electores.
Expertos esperan la participación de más de 11 millones de personas, muy por encima de los 8.3 millones que votaron en diciembre, cuando el izquierdista Gabriel Boric ganó la elección presidencial, en lo que ya se anticipa como una "revolución participativa".