Los cuerpos hallados tienen como características comunes señales visibles de ejecuciones, como las manos atadas por la espalda, heridas de bala en la cabeza o cortes en el cuello.
Mose también indicó que las investigaciones habían "mostrado un número considerable de crímenes de guerra" cometidos por los rusos, mientras que hasta ahora solo se han encontrado dos casos de maltrato de soldados rusos por parte de las fuerzas ucranianas.
"Hay una diferencia considerable entre los crímenes de guerra cometidos a gran escala por un lado y dos casos de malos tratos por el otro", agregó otro investigador, Pablo de Greiff, a preguntas de la AFP.
Torturas y violaciones
Mose denunció también la utilización por parte de Rusia de "armas explosivas con un largo radio de impacto", sobre zonas civiles.
Además, los testigos brindaron testimonios coincidentes de malos tratos y torturas, que fueron perpetrados durante su detención ilegal.
Algunas de las víctimas indicaron que, tras una primera detención por parte de las fuerzas rusas en Ucrania, fueron trasladadas a Rusia y detenidas durante semanas en prisiones.
"Los interlocutores describieron palizas, descargas eléctricas y desnudos forzados, al igual que otros tipos de violaciones en esos lugares de detención", subrayó Mose, quien señaló que algunas víctimas trasladadas a Rusia habrían desaparecido.
Los investigadores de la ONU también recibieron información de casos de violencias sexuales. En algunos casos, familiares o allegados fueron obligados a presenciar esos crímenes.
La edad de las víctimas de violencias sexuales iba de cuatro a 82 años.