Con la votación del adelanto de las elecciones, que tiene a Perú en vilo, se busca una salida institucional a la grave crisis política y social que vive el país luego de la destitución del presidente izquierdista Pedro Castillo, el 7 de diciembre, tras intentar disolver el Congreso.
Asumió entonces su vicepresidenta Dina Boluarte, que enfrenta protestas en su contra desde los primeros días de gobierno, sobre todo en las regiones del sur andino, históricamente postergado, donde apostaron a las promesas de Castillo, un maestro rural que prometió mejorar sus condiciones de vida.
En un mensaje al país el domingo, la mandataria puso más presión al emplazar al Congreso a adelantar los comicios, advirtiendo que de lo contrario impulsará reformas constitucionales para que se impongan esas elecciones.
"Voten por el Perú, a favor del país, adelantando las elecciones al 2023 y digamos al Perú entero con la más alta responsabilidad que nos vamos todos", dijo.
El presidente del Consejo de Ministros de Perú, Alberto Otárola, dijo el lunes que el Gobierno está "esperando la decisión del Congreso" sobre el pedido de adelanto de elecciones para este año y que están "seguros de que habrá una salida"
En las propuestas del Ejecutivo hay "una idea consolidada para buscar salidas o aproximaciones sucesivas a la grave crisis que estamos atravesando en el país”, dijo Otárola en declaraciones a los medios.
Sobre el anuncio de un proyecto de reforma de la Constitución hecho por Boluarte, el jefe de gabinete aclaró que "cualquier reforma, a través de la comisión de Constitución, no contempla una asamblea constituyente”.
La sesión de este lunes en el Congreso va a reconsiderar una votación del sábado, cuando por una mayoría de 65 votos contra 45 se opuso a adelantar los comicios generales a este año, como había implorado la Boluarte el viernes.
El Congreso ya había votado un adelanto de los comicios para abril de 2024.