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La amenaza nuclear aumenta a un año de la invasión de Rusia a Ucrania

El anuncio de Vladimir Putin de suspender su participación en el último tratado de desarme nuclear que tiene con Estados Unidos aviva los temores del uso de este tipo de armamento.
jue 23 febrero 2023 05:04 AM
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Las imprecisas amenazas del presidente ruso, Vladimir Putin, que dan a entender que podría utilizar la bomba nuclear si se frustran sus ambiciones en Ucrania.

Durante más de 40 años, tanto en Estados Unidos como en la Unión Soviética los niños eran entrenados para enfrentar la posibilidad de un ataque nuclear. La invasión de Rusia a Ucrania, que cumplirá un año el próximo viernes, hace que este temor regrese para generaciones que han vivido con la tranquilidad de que un ataque nuclear era casi imposible.

Las imprecisas amenazas del presidente ruso, Vladimir Putin, que dan a entender que podría utilizar la bomba nuclear si se frustran sus ambiciones en Ucrania, son el principal alimento de este temor.

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El riesgo se ha hecho tan latente que la Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de actualizar su lista de medicamentos críticos para emergencias radiológicas y nucleares, tras alerta de la Unión Europea de que Rusia está en guerra contra Occidente.

"Es la primera vez desde el inicio de la era atómica que una potencia nuclear utiliza su estatus y libra una guerra convencional bajo la alargada sombra" de su capacidad nuclear, dijo el exsecretario general adjunto de la OTAN Camille Grand, a la agencia AFP.

El exfuncionario francés explicó que la novedad es que "una de las dos principales potencias nucleares y miembro del Consejo de Seguridad de la ONU (...) se comporta como un 'pirata estratégico'", pero consideró "improbable" que Rusia haga uso de la bomba nuclear.

El "tabú nuclear", concepto moral y estratégico sobre la no utilización de estas armas, se forjó tras los bombardeos estadounidenses de Hiroshima y Nagasaki en 1945 y, aunque todavía se mantiene, los diques retóricos a su alrededor se fisuraron.

En 2022, televisiones rusas evocaron así el escenario de ataques nucleares contra París y Nueva York, y un exdiplomático ruso afirmó incluso que si Putin piensa que Rusia está en peligro de desaparecer, "apretará el botón".

Junto al regreso de la guerra en Europa y a un endurecimiento de las relaciones internacionales, la coyuntura representa un despertar brutal para las democracias, que durante mucho tiempo han vivido del "dividendo de la paz”.

Pocos días después del inicio de la invasión, el 24 de febrero de 2022, Putin ordenó la movilización de las fuerzas nucleares. Washington lo calificó de "peligroso" e "irresponsable" y advirtió a Moscú de "consecuencias catastróficas".

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A segundos del apocalipsis

En octubre pasado, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, señaló que por primera vez desde la crisis de los misiles de Cuba de 1962 el mundo corre el riesgo de un apocalipsis nuclear.

Pero Rusia mantuvo sus amenazas, lo cual hizo temer que Putin estuviera dispuesto a emprender acciones nucleares y desencadenar así el apocalipsis.

El martes 14 de febrero, el Servicio de Inteligencia de Noruega reportó que Rusia comenzó a desplegar buques con armamento nuclear táctico en el Mar Báltico por primera vez en más de 30 años.

“La parte clave del potencial nuclear se encuentra en los submarinos y buques de superficie de la Flota del Norte”, indica el Servicio de Inteligencia Noruego en un documento de 72 páginas.

Los funcionarios rusos intentaron aclarar su posición, diciendo que el país solo usaría armas nucleares si se enfrentara a una "amenaza existencial”.

En septiembre, cuando Putin declaró la anexión de cuatro regiones de Ucrania, cabía preguntarse: ¿atacarlas equivaldría a una "amenaza existencial" para Rusia?

Aunque no hubo señales de movilización nuclear rusa, en enero El Boletín de los Científicos Atómicos adelantó su "Reloj del Apocalipsis", que simbólicamente mide el fin del mundo. Quedó a solo 90 segundos para la medianoche, lo que demuestra que en su opinión la destrucción de la humanidad está más cerca que nunca.

"Las amenazas apenas veladas de Rusia de usar armas nucleares le recuerdan al mundo que la escalada del conflicto, por accidente, intención o error de cálculo, es un riesgo terrible", advirtió el Boletín.

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Tratados muertos

La guerra no es la única razón del miedo de una escalada nuclear. Los acuerdos para el control de armas entre Estados Unidos y la Unión Soviética (URSS), que aliviaron las tensiones de la Guerra Fría, están muertos o rotos.

En octubre de 1962, tras quince años de Guerra Fría, el mundo ya estuvo al borde del conflicto nuclear con el descubrimiento del despliegue de misiles soviéticos en Cuba, que condujo a un aterrador pulso durante 13 días entre Washington y Moscú.

La crisis de los misiles cubanos es un ejemplo del frágil equilibrio reinante en el mundo desde 1945 y que el premio Nobel de Economía, Thomas Schelling, resumió en 2007: "El evento más espectacular del último medio siglo es un evento que no se ha producido”.

Mucho antes de Ucrania, el marco estratégico internacional llevaba años agrietándose en Europa, pero sobre todo en Asia y en Oriente Medio. El historiador y experto en no proliferación Benjamin Hautecouverture sitúa su inicio en la década de los 2000.

En 2002, Estados Unidos abandonó el tratado ABM que prohibía los misiles balísticos. Su marcha de esta piedra angular del equilibrio nuclear con la URSS inició el desmoronamiento de los tratados de control o desarme firmados entre los históricos rivales.

Estados Unidos se retiró en 2019 del tratado INF, que limitaba los misiles con capacidad nuclear de mediano alcance, diciendo que Rusia violaba sus compromisos.

El martes, Putin suspendió la participación de Rusia en el último acuerdo de desarme nuclear vigente con Estados Unidos, el START III.

"Me veo obligado a anunciar hoy que Rusia suspende su participación en el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas" (START, por su sigla en inglés), dijo Putin a la elite política y militar de su país.

Firmado en 2010 por el entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su par ruso, Dmitri Medvédev, el tratado limita el número de cabezas nucleares estratégicas que pueden desplegar Estados Unidos y Rusia, y que expira en 2026.

También restringe el número de vehículos y sistemas de lanzamiento que pueden tener desplegados o en reserva Washington y Moscú, pero su pieza fundamental es el régimen de verificación que el tratado establece para asegurar que se cumplen estos límites.

En concreto, tanto Estados Unidos como Rusia pueden llevar a cabo hasta 18 inspecciones al año de los arsenales nucleares del otro sin dar apenas tiempo al país receptor para prepararse: los técnicos dan aviso 32 horas antes de llegar y después eligen el lugar que quieren examinar, que debe ser respetado por las autoridades receptoras.

Hace un mes, Estados Unidos acusó a Rusia de estar incumpliendo el tratado al no permitir que técnicos estadounidenses realicen inspecciones en territorio ruso.

Pese al anuncio de Putin, la cancillería rusa aseguró que Moscú "mantendrá un enfoque responsable y seguirá respetando rigurosamente (...) las limitaciones cuantitativas de las armas estratégicas ofensivas" hasta la expiración de ese tratado, en 2026.

"Con la decisión de hoy (el martes) sobre el Nuevo START, toda la arquitectura de control de armas ha sido desmantelada", declaró el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en una rueda de prensa en la sede de la Alianza Atlántica.

El presidente de Estados Unidos Joe Biden, dijo este miércoles que Putin había cometido un “gran error” al suspender este tratado. El líder estadounidense se encuentra de visita en Polonia y viajó en secreto a Kiev el lunes.

"No hemos visto un anuncio público de los rusos sobre un estado de alerta nuclear elevado desde la década de 1960", explica Avril Haines, directora de inteligencia nacional de Estados Unidos.

¿Un retroceso?

Irónicamente, dice Pavel Podvig, del Instituto de Investigación sobre Desarme de la ONU, las amenazas de Rusia pueden haber hecho que el mundo sea un poco más seguro, al recordar a las nuevas generaciones ese peligro.

Por un lado, dijo, Rusia pudo haber calculado que era capaz de comenzar y terminar rápidamente la guerra contra Ucrania porque dispone de armas nucleares. Pero chocó con el apoyo a Ucrania de la OTAN y su potente arsenal nuclear.

El conflicto puede incluso haber ayudado a demostrar que este tipo de armas son "obsoletas", opina Podvig, ya que, como Rusia ha podido constatar, "no dan seguridad”.

Además, apunta Podvig, los líderes mundiales, incluidos aliados de Rusia, como India y China, reaccionaron negativamente a los avisos de Moscú, dando la sensación de que la amenaza nuclear es un tabú.

En septiembre, el primer ministro indio, Narendra Modi, expresó su preocupación.

En noviembre, el G20 declaró al final de su cumbre en Bali, Indonesia, donde participó Rusia, que el uso o amenaza de uso de armas nucleares es "inadmisible".

Y todavía es más reveladora la declaración conjunta de Biden y el líder chino, Xi Jinping, en el marco de esa cumbre, explica Podvig. En ella coinciden, dice el investigador, en "que nunca se debe librar una guerra nuclear y que nunca se puede ganar, y subrayan su oposición al uso o amenaza de uso de armas nucleares en Ucrania".

Washington también ha bajado el tono del discurso, absteniéndose de mencionar "consecuencias catastróficas".

Con información de AFP

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