Al conocerse su ubicación, la dictadura cambió la numeración original que designaba al inmueble, por el número 40. Así, las numerosas denuncias realizadas comenzaron a apuntar, a partir de ese momento, a una dirección inexistente.
En 1978, el régimen de Augusto Pinochet transfiere la propiedad de la casa al Instituto O’Higginiano, una organización muy cercana al ejército chileno y que fue dirigida por Washington Carrasco, quien fue jefe del Ejército y ministro de Defensa de Pinochet.
Después del regreso de la democracia, en 1990, los gobiernos de la Concertación no hicieron ningún esfuerzo por recuperar inmueble, y el Partido Socialista, que había sido el último dueño del espacio, aceptó una indemnización en 2005, con lo que renunció al rescate.
En julio de ese año, el Colectivo Londres 38 solicitó al Consejo de Monumentos Nacionales chileno la declaratoria del lugar como Monumento Nacional en la categoría de Monumento Histórico, la cual fue acogida en octubre.
El presente: un espacio para las memorias
En Londres 38 —ahora Londres 40— aún se escucha cómo doblan las campanas de su vecina, la Iglesia de San Francisco, las mismas campanas que escucharon las víctimas que pasaron por esta residencia y que a los sobrevivientes les permitieron reconocer el lugar donde estuvieron detenidos.
Como parte del trabajo del espacio, ha desarrollado un archivo oral en formato audiovisual que en su fase piloto incluyó 23 testimonios de familiares de las víctimas y de sobrevivientes que permanecieron detenidos en Londres 38.
El espacio actualmente puede ser visitado de manera gratuita de martes a viernes.
La experiencia de visitar este lugar inicia en la banqueta. Ahí hay placas de hierro fundo con los nombres, militancias y edades de las 94 personas que se conoce que fueron asesinadas en este centro de detención. Algunas eran tan jóvenes como 19 años. Este memorial fue inaugurado en octubre de 2008.
En la fachada del edificio se conservan los dos números que tuvo el predio, el 38 y el 40, como un testimonio del intento de ocultamiento que realizó la dictadura.
En el lugar, la mayoría de las paredes están desnudas, pero hay letreros que señalan el uso que se le dio a los cuartos.
En la sala principal, hay una galería de las víctimas que pasaron por este centro de detención.