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Una nueva pandemia sorprenderá al mundo con una OMS debilitada

Casi seis años después de la emergencia sanitaria por covid-19, se hicieron avances importantes para enfrentar otra crisis parecida, pero aún hay muchos pendientes.
jue 18 diciembre 2025 07:42 AM
Un comprador con mascarilla camina por una tienda, a medida que aumentan las hospitalizaciones, con Gran Bretaña y otros países europeos lidiando con una temporada de gripe severa y las autoridades sanitarias advirtiendo del aumento de casos impulsados por una cepa mutada del virus, en Londres, Gran Bretaña, el 11 de diciembre de 2025.
El aumento prematuro de casos de influenza estacional, impulsado en varios países por el virus H3N2 subclado K, provocó una saturación temprana de varios sistemas sanitarios. (FOTO: Hannah McKay/REUTERS)

El aumento prematuro de casos de influenza estacional, impulsado en varios países por el virus H3N2 subclado K, provocó una saturación temprana de varios sistemas sanitarios y encendió los temores del mundo.

En Reino Unido, uno de los países más afectados, los casos de influenza aumentaron un 55% en una semana, con una media de 2,660 hospitalizaciones diarias entre el 1 y el 7 de diciembre. Esto representa un récord para esta temporada del año. Las autoridades sanitarias británicas advierten que el pico de la enfermedad aún no se alcanza.

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Japón, otro de los países más afectados, registró un crecimiento de casos al ritmo más rápido de los últimos 10 años. El Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar declaró una epidemia nacional el 3 de octubre.

Especialistas en salud pública y epidemiología aclaran que esta enfermedad no constituye un riesgo de pandemia, como la de covid-19, aunque sí podría representar un reto para sistemas sanitarios.

“La influenza no ha generado el riesgo de una epidemia o pandemia como tal, sino el incremento de casos, es decir, brotes de la enfermedad que se pueden controlar con el uso adecuado de los antivirales”, dijo Miguel Nakamura, director de Información Epidemiológica de la Secretaría de Salud de México en entrevista con la cadena N+.

Sin embargo, estos nuevos brotes de una enfermedad respiratoria son un recordatorio para el mundo sobre cómo una emergencia sanitaria global puede aparecer en cualquier momento.

“No podemos descartar que un nuevo patógeno cause otra crisis sanitaria mundial. No sabemos quién será el causante ni cuándo ocurrirá, pero nadie duda de que habrá otra pandemia”, escribió Ignacio López-Goñi, catedrático de Microbiología en la Universidad de Navarra, para The Conversation.

Lo que sí mejoró desde el covid-19

La pandemia de covid-19 provocó una colaboración público-privada sin precedentes. Jamás se había invertido tanto dinero y esfuerzo de forma conjunta para desarrollar vacunas.

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La rapidez con la que se diseñaron las inmunizaciones de ARN fue un ejemplo de que la ciencia funciona y de que si ponemos los medios adecuados se puede hacer en un tiempo récord.

El avance de las tecnologías de ARN ha supuesto una revolución en biomedicina, no solo para el desarrollo de nuevas vacunas y formulaciones, sino incluso para el tratamiento del cáncer.

Sin embargo, este avance puede ser frenado después de que el gobierno de Estados Unidos, encabezado por Donald Trump, suspendiera su financiamiento en las investigaciones de esta tecnología.

Otro acierto en esta materia fue, por lo menos en el caso europeo, la compra y distribución coordinada y conjunta de vacunas, señala el académico.

“Hay un progreso extraordinario en la producción de vacunas y apoyos terapéuticos, como el acceso a oxígeno, por ejemplo. Sin embargo, su implementación requiere de sistemas sólidos de salud pública”, dijo Antonio Lazcano, especialista en biología evolutiva y miembro del Colegio Nacional, en una conferencia.

La pandemia de covid-19 también revitalizó el enfoque “una salud”, que trata de entender la relación que existe entre la salud humana, la salud animal y la salud del planeta. Más del 75% de los nuevos patógenos que nos afectan provienen de los animales, y ese flujo de microorganismos se ve incrementado por factores ambientales, climáticos y ecológicos.

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“Si queremos protegernos de futuras amenazas debemos vigilar qué ocurre en el mundo animal y cómo influye el medio ambiente”, escribió López-Goñi.

El académico de la Universidad de Navarra pone por ejemplo de los buenos resultados de este enfoque el control de la epidemia de MPox —viruela del mono— en 2022, una enfermedad que afectó a 130 países, pero que no alcanzó niveles pandémicos.

El otro ejemplo es la vigilancia del virus de la gripe aviar H5N1, que ya afecta a mamíferos y corre el riesgo de propagarse entre los seres humanos.

Un acuerdo para atender las nuevas pandemias

La Organización Mundial de la Salud (OMS) adoptó en mayo de este año un acuerdo internacional sobre la prevención y la cooperación frente a las pandemias después de más de tres años de intensas negociaciones.

"Este acuerdo es una victoria para la salud pública, la ciencia y la acción multilateral. Colectivamente, nos permitirá proteger mejor el mundo contra futuras amenazas pandémicas", declaró el jefe de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, citado en un comunicado.

El texto instaura una coordinación global más precoz y eficaz para prevenir, detectar y responder rápidamente a una futura pandemia.

Todo ello tras el fracaso de la coordinación colectiva frente al covid-19 hace cinco años, en el que los países en desarrollo se vieron faltos de vacunas acaparadas por los países ricos, así como de material para realizar tests y elementos básicos para atender a pacientes, como los respiradores.

El acuerdo, precisamente, busca garantizar un acceso equitativo a productos sanitarios en caso de nueva pandemia.

El núcleo del acuerdo es un nuevo mecanismo de "acceso a patógenos y reparto de beneficios" (PABS) diseñado para permitir "un intercambio muy rápido y sistemático de información sobre la aparición de patógenos con potencial pandémico", indicó la embajadora francesa para la salud mundial y copresidenta de las negociaciones, Anne-Claire Amprou.

En caso de pandemia, cada empresa farmacéutica que acepte participar en el mecanismo tendrá que proporcionar a la OMS "acceso rápido a un objetivo del 20% de su producción en tiempo real de vacunas, tratamientos y productos de diagnóstico seguros", de los cuales un "mínimo del 10%" será donado y el resto "a un precio asequible”.

La OMS atraviesa por un momento complicado

Sin embargo, las acciones de la OMS se verán limitadas en los próximos años por un problema: la falta de financiamiento.

En enero de este año, como parte de sus primeras acciones en el poder, Donald Trump anunció que Estados Unidos se retiraría de la OMS. Aunque esta acción será efectiva hasta enero de 2026, Washington ya se ha desentendido de muchas de las asambleas de la OMS.

Estados Unidos fue tradicionalmente el mayor donante de la OMS y el anuncio de su retirada sumió al organismo en una crisis presupuestaria que implica una reestructuración y despidos.

La administración Trump se niega a pagar las cuotas acordadas para 2024 y 2025, además de que congeló prácticamente toda la ayuda exterior estadounidense, incluida la destinada a proyectos sanitarios en todo el mundo.

La decisión obliga a la OMS a ajustarse el cinturón, a través de un posible recorte del 25% de los gastos salariales y de la contratación en ciudades más baratas.

La OMS ya recortó su presupuesto para 2026-2027 de 5,300 millones de dólares a 4,200 millones, pero aun así Tedros advirtió que la agencia necesita encontrar 1,700 millones de dólares.

Falta de recursos

Muchos sistemas sanitarios en el mundo ya operan con pocos recursos. La caída en la ayuda internacional, principalmente en la estadounidense, empeoró la situación.

Durante 2025 la ayuda externa para la salud se redujo entre un 30% y un 40% en comparación con 2023, lo que provocará importantes perturbaciones inmediatas en los servicios de salud de los países de ingreso bajo y mediano.

Los datos de una encuesta de la OMS recopilados en marzo de 2025 entre 108 países de ingreso bajo y mediano apuntan a que los recortes en la financiación han reducido servicios cruciales—la atención de maternidad, la vacunación, la preparación y respuesta frente a emergencias sanitarias y la vigilancia de enfermedades— hasta en un 70% en algunos países.

Más de 50 países han notificado la pérdida de puestos de trabajo entre los trabajadores de la salud y asistenciales, junto con perturbaciones importantes en los programas de capacitación de los trabajadores de la salud.

“Estos recortes repentinos e imprevistos de la ayuda han golpeado con fuerza a muchos países, y han provocado muertes y amenazado beneficios de salud que costó muchísimo conseguir”, señaló el Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.

Los recortes financieros de este año han agravado años de problemas persistentes en la financiación de la salud, como la creciente carga de la deuda, la inflación, la incertidumbre económica, los elevados gastos directos, el déficit presupuestario sistémico y la fuerte dependencia de la ayuda externa.

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