Candidatos y buscadores de empleo lo saben: No contar con la capacidad de comunicarte en inglés ha sido motivo para no obtener determinados empleos, no ascender, y en general, para perder oportunidades ante personas que sí dominan dicho idioma.
Consecuentemente muchos profesionistas dedican horas, dentro y fuera de su lugar de trabajo, a mejorar o mantener su nivel de inglés. Y aquellos que ya tienen hijos comúnmente privilegian la decisión de dónde inscribirlos para la educación preescolar o primaria en función de que la escuela maneje un programa bilingüe (en ocasiones sin poner atención a otras características o al modelo educativo de la institución). Si maneja inglés, triunfará en el futuro, ha sido la premisa.
Empero, con las nuevas tecnologías, hablar inglés no será un diferenciador de éxito.
Aprender un segundo (o tercer idioma) aporta innumerables beneficios, ejercita al cerebro, estimula la memoria, mejora la atención. Las ventajas de dominar otro idioma no se discuten, el punto que pongo a reflexión es qué tanto ese esfuerzo, tiempo y energía enfocado en aprender inglés deja de lado el desarrollo de otras habilidades que también son fundamentales para el éxito en el futuro, como el pensamiento creativo, la inteligencia emocional, la resiliencia, o la solución de problemas.
Opinión: Aptitudes de hoy y mañana para el trabajo