Experimenté compasión por ese niño que se convierte en un hombre con una lesión neurológica que nunca le trataron, porque su madre estaba enferma, porque el gobierno tenía otras prioridades, porque los funcionarios no estaban comprometidos, porque las personas a su alrededor no lo querían ver.
Compasión también por todos los que lo lastimaron porque nadie les enseño que lo que le haces a otro te lo haces a ti mismo, que no saben que tarde o temprano todo regresa, la violencia y el odio vuelven aún más fuertes. También por aquellos que pensaban que valían tan poco que tenían que abusar de alguien débil para sentirse más fuertes.
Esta película no trata de enaltecer a un asesino, no existe justificación para alguien que le quita la vida a otra persona, lo que sí existe es entendimiento de cuáles fueron las causas que llevaron a esa persona a cometer ese acto, y solo prestando atención en las circunstancias es que podemos trabajar en prevenirlas. Nadie nace malo, ni siquiera el Guasón, todos estamos a un paso de la locura si la vida y las circunstancias nos empujan.
Esta película no trata de un asesino héroe, el mensaje es dar visibilidad a los invisibles, trata del egoísmo en el que vivimos donde no nos involucramos para ayudar a nadie, ni siquiera para darle una sonrisa a quien está junto a nosotros y no conocemos. Un egoísmo que sale muy caro.