Asigna prioridad “A” a aquellas que son muy importantes. Significa que si esa tarea no se hace las consecuencias pueden ser desastrosas. Una tarea con prioridad B significa que no es tan urgente como una tarea A, pero sigue siendo importante. La prioridad C es para tareas que pueden aplazarse sin que se produzcan consecuencias alarmantes.
Definir estas prioridades te permite identificar qué tarea tiene que quedar terminada ese día sin importar las circunstancias.
Ahora ¿Qué hacer con los requerimientos inmediatos de alguien más? Los famosos “bomberazos”. Es importante que le notifiques a la persona tu situación en cuanto a prioridades, antes de que respondas en automático: “Claro que sí, yo me encargo”.
Aquí viene la parte más difícil: aprender a decir “No”. Nos atemoriza negarnos porque sentimos que seremos vistos con poca disposición o sin compromiso, pero aquí hay una respuesta que puede ayudarte a decir “no” sin que te sientas así.
Por ejemplo, si te invitan a que te involucres en un proyecto, tu respuesta puede ser “Muchas gracias por pensar en mí para este nuevo proyecto; me siento honrado de que confíes en mí. Sin embargo, en estos momentos, tengo mucho trabajo y no quisiera asumir más funciones de las que puedo, ya que no podría realizarlo con el compromiso que requiere. Espero que en un futuro no muy lejano podamos colaborar juntos, porque será un gusto llevar a cabo este proyecto”.
Aprender a decir “no” y priorizar el orden de tus actividades te ayudará enormemente a avanzar el trabajo en casa.