Nuestra vida laboral no será la misma después del Covid-19

Causó un gran revuelo cuando la Organización de la Cooperación y el Desarrollo Económicos , la OCDE, nos catalogó como el “país con más horas trabajadas”, pero… paradójicamente, no necesariamente el más productivo. Si bien somos un país que poco a poco ha estado modificando ciertas costumbres laborales, la realidad es que nos encontramos bastante alejados de otras naciones donde la cultura laboral es otra.

En contexto con la coyuntura del Covid-19 que estamos viviendo, y también aprovechando que el 1 de abril se celebró el Día Internacional de la Diversión en el Trabajo, quiero poner a consideración un posible cambio en la cultura laboral de México, que miles de empresas y millones de empleados estamos viviendo.

OPINIÓN: Alejarte para conectar-te

Esta situación será un “game changer” para todas las organizaciones, aquellas que se rehusaban a moverse a espacios flexibles como el home office, hoy se darán cuenta que podemos ser productivos a la distancia.

Aquellos que no confiaban en las políticas de horarios flexibles se darán cuenta que es más importante establecer los objetivos y las metas antes que acumular horas y horas en la oficina; aquellos que vivían en el encierro de sus enormes oficinas con escritorios de caoba se darán cuenta que los espacios podrán imponer, pero no necesariamente resolver.

Hoy esta crisis nos ha hecho voltear no sólo hacia afuera, sino también hacia adentro, a buscar esos espacios intrínsecos que nos regresan a lo más básico de las relaciones humanas: la conexión entre individuos.

A lo largo de las siguientes semanas, y probablemente meses, estaremos en un constante proceso de autorreflexión de si somos más eficientes o se nos facilita más desempeñar nuestra actividad laboral en la oficina, o podemos hacerlo desde casa.

Con lo anterior, no busco demeritar ninguno de los espacios, es evidente que cada actividad laboral y tipo de personalidad se puede acomodar mejor a uno o el otro, pero lo que no podemos negar, es que hemos entrado a un punto donde la vida laboral del país no volverá a ser la misma.

De manera paralela, parte del nuevo paradigma laboral incluye la diversión como nuevo componente dentro del trabajo. Según la Encuesta Tendencias del Entorno Laboral en México (TELM) 2019 , se estima que la felicidad laboral podría incrementar la productividad de un profesional hasta en un 30%.

Entonces, bajo la coyuntura de este nuevo paradigma laboral y la importancia de la diversión en el trabajo mencionada, será importante cuestionarnos ¿qué estamos haciendo las empresas por nuestros empleados?

Desde el área de Recursos Humanos, que tengo la oportunidad de dirigir, busco asegurar que la gente pueda traer la mejor versión de sí misma todos los días al trabajo. Creo que esta crisis nos ha hecho reflexionar mucho sobre lo que sígnica la letra “H” en el acrónimo RH.

OPINIÓN: Igualdad, una de las lecciones de la distancia

Sin duda, saldremos muy fortalecidos de este tiempo de reflexión, para cuanto sea tiempo de regresar a la oficina, aprovechemos y valoremos más los espacios abiertos, las herramientas de esparcimiento como el ping-pong y el futbolito, la reta de videojuegos con los compañeros y hasta la compañía de nuestras mascotas.

Por otro lado, en casa, aprenderemos a distribuir mejor nuestros tiempos con la convivencia familiar y la realización de cualquier hobby.

OPINIÓN: Nada será igual que antes

Hoy, la felicidad en el trabajo tiene un nuevo significado, no sólo en la infraestructura y lo que existe alrededor de lo que podemos ofrecerle a cada uno de los colaboradores, sino en la capacidad de asegurar que la felicidad viene acompañada de paz y la tranquilidad.

Lo único que no tienen los demás es a tu gente, a tu equipo de trabajo, ahí está la verdadera ventaja competitiva, es eso lo que tienes que proteger y cuidar. Estamos enfrentando nuevos tiempos en la cultura laboral mexicana, que como veo, no será la misma.

Nota del editor: Manolo De la Vega es Director de Recursos Humanos en Mars Wrigley Latinoamérica Norte. Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

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