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Superar el otro obstáculo: la pobreza

Se puede entender a la pobreza no sólo como insuficiencia de ingresos, sino como una condición que limita las capacidades de las personas, apunta Ángel Huerta.
mar 14 abril 2020 11:57 PM

(Expansión) – La difícil coyuntura por la que atraviesa el mundo debido a la crisis sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus nos invita a reflexionar sobre el rumbo de la economía global y la de nuestro país en particular, en muchos más sentidos más allá del económico.

Y es que, si bien es cierto que hay algunos elementos estrictamente económicos que comprometen el crecimiento de México, también hay otros que típicamente no son considerados (deliberadamente o no) en los modelos matemáticos que usamos los analistas para estimar el crecimiento del país, ya sea porque son variables difícilmente cuantificables, o por falta de datos e información, o porque son variables excluidas por tradición de la epistemología económica estándar.

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Entre los muchos ejemplos que hay, algunos de ellos muy intuitivos (corrupción, falta de estado de derecho, debilidad institucional), me interesa uno en particular: la pobreza.

Antes de explicarla como un factor no convencional que también limita el crecimiento de México, valdría la pena recordar someramente algunos de los riesgos de carácter estrictamente económico y que están perfectamente definidos e identificados, a fin de contextualizar.

Por el lado de la demanda esperamos una fuerte desaceleración del consumo privado ante la parálisis comercial por la cuarentena; la caída sostenida de la inversión productiva consecuencia de los bajos niveles de confianza empresarial; la fragilidad en el gasto gubernamental; un menor ritmo de exportaciones por una importante desaceleración de la economía global y de Estados Unidos especialmente, quien es nuestro principal comprador.

Por el lado de la oferta destacan un menor crecimiento de las actividades agropecuarias por un menor gasto público destinado al campo y a la desaceleración de la manufactura agroalimentaria; la industria extenderá su contracción, y los servicios se sumarían.

Finalmente, entre los riesgos externos más relevantes está el débil crecimiento global, la caída en los precios del petróleo, y los choques al tipo de cambio.

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Ahora bien, un escenario económico adverso, como el actual, sí es condición necesaria y suficiente, pero también causa y consecuencia de la pobreza (en algún sentido, por supuesto que hay una serie de factores que lo detonaron), por lo que, además de buscar un crecimiento económico sostenible, erradicar la pobreza tiene que ser una prioridad para todas las economías.

Al margen de las profundas discusiones metodológicas, y para fines prácticos, se puede entender a la pobreza no sólo como insuficiencia de ingresos, sino como una condición que limita las capacidades de las personas.

Una persona en estas condiciones crea altísimos costos de oportunidad en el capital humano del país, ya que las personas con capacidad limitadas y sin educación, podrían ser médicos, ingenieros, maestros, o podrían tener otras cualidades que busquen algunas personas o empresas.

Por otro lado, el consumo privado, que es el principal motor económico de México, se queda sin actores cuando las personas no tienen la capacidad de participar activamente en los mercados. Por el contrario, en una economía con personas con mejores ingresos, estimulan constantemente la actividad económica, cuando gastan más, ahorran más, invierten más, emprenden más.

Lo anterior nunca significa que las personas sólo tengan fines económicos. Todo lo contrario. De hecho cuando las personas tienen cubiertas sus necesidades materiales, en consecuencia, buscan saciar otras necesidades, como intelectuales o espirituales, lo que traería consigo otros beneficios colaterales, como un mejor ánimo social y mejoran el nivel de vida de las personas.

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OPINIÓN: La oportunidad de cambiar en tiempos del coronavirus

Lo anterior se explica porque la pobreza está altamente correlacionada con problemas como la inseguridad y la violencia que, a su vez, son factores que socavan la confianza de los inversionistas.

De acuerdo al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, Coneval, cerca de 53 millones de personas viven en condiciones de pobreza, es decir, aproximadamente el 40% de la población de México. Hay una importante oportunidad de crecimiento y de bienestar social detrás de estas cifras.

Por ello, es importante que, al tiempo que se busca superar los obstáculos económicos, se busque también y activamente superar el otro obstáculo: la pobreza.

Nota del editor: Ángel Huerta es analista económico de Grupo Financiero Bx+. Es economista y aprendiz de matemático. Le gustan los tacos, la música clásica, y las discusiones académicas sobre crecimiento económico y desarrollo social. Tuitea, luego existe en @aiihmonzalvo . Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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