(Expansión) – Estamos ante una situación sin precedentes, frente a una crisis de salud que ha generado muchas otras: de política, seguridad, económicas, culturales y hasta emocionales; basta preguntar a los equipos de RRHH de las empresas cómo están llevando el tema.
Una crisis que como nunca ha afectado procesos de producción de muchas industrias y que ha impactado enormemente los patrones de consumo de la gente.
Una situación que no se había visto en la historia moderna y que no es exclusiva de un país, una región o un continente, sino que pasa a través del mundo y que nos impacta a todos.
Con esta situación, vemos cómo se refuerza el concepto de que todos estamos interconectados, es decir, que estamos mucho más conectados de lo que creemos; y no sólo como países a nivel comercial o político, sino también como personas y por eso, algo que pasó en un mercado de Wuhan, tiene repercusiones, por ejemplo, en las costas de Oaxaca.
Cuando escuchamos los distintos análisis de la situación actual con el COVID-19, por un lado, algunos pensadores contemporáneos apuestan a que el mundo va a cambiar por completo: que una vez que pase la pandemia el mundo va a ser otro y vamos a replantear la economía de una manera diferente; sin embargo, en el lado opuesto está una idea que me parece más congruente con el momento.
Se trata de la idea de la “aceleración de la historia”, que no es más que la adopción exponencial de las tendencias y procesos que ya venían sucediendo en los últimos años. Por ejemplo, la dependencia de la conectividad digital para casi cualquier actividad de la vida moderna, de la manera como nos comunicamos e incluso de la forma en como nos expresamos.
Qué aventajados y aliviados se deben sentir aquellos CEOs cuyas empresas tienen ya un camino recorrido en o hacia la transformación digital; con ecosistemas digitales robustos y propuestas de valor acordes al nuevo consumidor, ese que se siente ya cómodo con jugadores como Amazon, por ejemplo.
Pero, ¿qué pasa con aquellos CEOs y empresas cuyo camino a la transformación digital aún está en etapa de planeación o proyecto?, seguramente ya se enteraron que no hay opción y que este proceso de aceleración de la historia les demanda más que nunca evolucionar en sus modelos de negocio y, en consecuencia, en su relacionamiento con los consumidores.
OPINIÓN: ¿Es real la posibilidad de crecer un negocio a pesar de esta fuerte crisis?
Una de las industrias que vive una crisis sin precedentes y con retos importantes en la evolución de su propuesta de valor y en cómo se relaciona con sus consumidores, es la industria del turismo. Reactivarse sin duda requerirá innovación y soluciones inteligentes que le permitan que, llegado el fin del distanciamiento social, pueda capitalizar eficientemente las oportunidades que seguramente se le irán presentando.
Por lo anterior, un buen ecosistema digital y una comunicación estratégica son clave en el marketing turístico para mitigar esta situación sin bajar la guardia y:
- Escuchar activamente lo que los consumidores están diciendo, pensando, sintiendo, a partir del uso de herramientas de inteligencia de datos.
- Conversar no sólo basados en su oferta de valor, sino, en insights y necesidades de los consumidores a través de estrategias de contenido.
- Conectar a través de plataformas y servicios digitales que entreguen valor dentro y fuera de su ecosistema digital, e-commerce o aplicaciones.
Y por favor, recordemos la cantidad de otros sectores que son parte del turismo y lo que implicaría su reactivación: alojamiento, alimentación, transporte, entretenimiento, ocio, cultura y deporte, compras y un largo etcétera, eso sin olvidar las ganas que seguramente tenemos todos los mexicanos de salir, viajar y estar con los nuestros.
No olvidemos que somos un mundo interconectado y que, así como aquello que pasó en Wuhan nos afectó en las costas de Oaxaca, de la misma manera y con la misma lógica, podemos generar en un efecto positivo y favorable en nuestro turismo nacional.
Nota del editor: Coco Medina es Directora Senior Digital en LLYC México. Síguela en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.
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