Sería difícil hablar de negocios resilientes sin señalar la importancia del cómputo en la nube como pieza clave de la transformación. La nube dejó de ser tendencia para convertirse en un elemento indispensable para el desarrollo de los negocios.
Su funcionamiento va más allá del alojamiento de los datos, es un grupo de servicios y tecnologías que permiten, no solamente el manejo adecuado de información en una escala masiva, nunca disponible antes, sino también la distribución de recursos de cómputo y acceso a aplicaciones de misión crítica de forma ágil y efectiva a través de las diferentes áreas de las compañías sea cual sea el sector, pero, sobre todo, es la plataforma que permite una continuidad inmediata de las operaciones de una forma segura y que habilita a romper la cadena del trabajo en sitio, sin poner en riesgo ningún eslabón operativo.
Hoy en día la nube ofrece el cómputo del tamaño requerido, la velocidad, eficiencia, calidad y almacenamiento necesarios, incluso para servicios avanzados de inteligencia artificial y proyectos de machine learning para trabajar con algoritmos de predicción para, por ejemplo, el manejo de inventarios y su demanda, y para incrementar la eficiencia de rutas de entrega.
Adicionalmente, al destacar que la seguridad es hoy un factor que puede jugar a favor o en contra de esta transformación, podríamos decir que la nube es la plataforma más segura, monitoreada 24 horas al día, todos los días, para detectar y atajar riesgos cibernéticos. Cuando se tiene confianza de todas las operaciones en remoto, el resto viene por añadidura.
Todo lo anterior explica por qué hoy los servicios relacionados con internet, como el cómputo, el almacenamiento y la conectividad, han sido nombrados infraestructura esencial y se ha dado prioridad a su mantenimiento óptimo para que las empresas continúen sus labores durante todo este tiempo.